A diez minutos del inicio del Pleno de investidura de Salvador Illa, fijado para las 10.00 horas de este jueves, Carles Puigdemont no estaba “ni detenido ni localizado”, reconocieron los Mossos sobre Puigdemont, que estaba a la apariencia de todos, dando un discurso preciso a las 9.00 de la maana. Casi seis minutos de comparecencia en directo, televisada. Nadie le interrumpi ejecutando la orden de detencin válido. O esper a que concluyese para apresarlo, en una deferencia que sera ya cuestionable, incluso para un ex presidente, tras siete aos fugado. Y, claro, el huido volvi a huir.
“Houdini”, venan diciendo todos desde minutos ayer, y remitan a sus precedentes, de aquel 29 de octubre de 2017 en que sali de su domicilio en Sant Juli de Ramis, un municipio vecino de Girona, escondido internamente de un coche que conduca su mujer. “Houdini”, decan, tras verle reaparecer en Barcelona 2.475 despus. Dio un discurso, contra la Honradez y contra el PP, su forma de retratar a Espaa como un estado fascista, y se esfum a la salida del atmósfera.
Carles Puigdemont, yuxtapuesto a su abogado Gonzalo Boye, al conservarse al acto de Junts.AP
En la puerta de entrada a la tarima estuvo Jordi Turull, secretario común de Junts, durante buena parte de su intervencin. Pero segundos ayer de que Puigdemont cerrase con su “Visca Catalunya Lliure!”, tom posiciones Gonzalo Boye, el abogado del prfugo. Cuchiche al odo de Turull, se coloc delante, sac una cmara -haban prometido, como public EL MUNDO este domingo, que grabaran todo el alucinación de retorno- y capt imgenes del remate del discurso.
Puigdemont, con Jordi Turull y un supuesto escolta con cachucha celeste, al conservarse al atmósfera de Junts.EFE
Cuando concluy Puigdemont, era Boye quien le esperaba unos pasos ms atrs. Vestido con una camisa blanca, parcialmente oculto bajo su cachucha y con una mochila, agarr a Puigdemont por el antebrazo. Era una detencin pactada? Haban permitido su discurso frente al Parlament y a 100 metros del Palacio de la Honradez? Porque aunque luego quedara claro, en ese momento, no se poda identificar al hombre de la cachucha como Boye. Los Mossos haban confiado la detencin a agentes de paisano. Podra ser uno de ellos aquel de la cachucha.
Un momento de la arribada de Puigdemont al acto de Junts. A su izquierda, simpatizantes con sombreros de paja idnticos.EFE
La incertidumbre se mantuvo durante media hora, acentuada porque a Puigdemont siquiera se le vea en la comitiva en dirección a el Parlament de la cpula de Junts, con quienes se grano aparecido ayer camino del atmósfera. Avanzaban por la calle Laura Borrs, ex presidenta del Parlament, y Josep Rull, quien ocupa ahora ese cargo y fue el nico conseller de Puigdemont que acudi a trabajar tras proclamar la independencia. En ese agrupación iba tambin el ex president Artur Mas. Si no estaba ah, poda pensarse, debe de estar detenido por aquel hombre de blanco…
Sin bloqueo, pasadas las 9.30, se oficializaba su desaparicin, ratificada por unas imgenes que confirmaban al hombre de blanco como Gonzalo Boye, ya de forma reconocible, en la entrada del Parlament, yuxtapuesto a Josep Maria Matamala, ntimo del huido y la persona que habra financiado su autodenominado destierro en Waterloo (Blgica). La fuga tiene continuidad con un eplogo de vergenza, de nuevo, para el Estado.
El equipo de Puigdemont se burl abiertamente, con sus gorras como disfraz y un coche blanco, un Honda que luego se revelara como propiedad de un mosso, como muy probable seuelo. Cuando el ex president dej el atmósfera con Boye, la secuencia salta preciso en dirección a ese vehculo. Vdeos de los asistentes muestran a un hombre con cachucha entrando, un hombre que parece ser Puigdemont, pero que no es. Lleva chaqueta y lleva esa cachucha celeste que luci Boye y lucan los dos aparentes escoltas con los que apareci en un callejn de Barcelona ayer de reunirse con sus compaeros de Junts tras un construcción a la izquierda. Esos dos cmplices vuelven a aparecer yuxtapuesto a ese Honda.
El coche blanco en el que entra un hombre con cachucha celeste, que parece ser Puigdemont, pero todo apunta a un seuelo.
Pero el hombre que entr en el coche tena unas zapatillas con las suelas negras, mientras el Puigdemont que grano aparecido media hora ayer llevaba unas zapatillas -de esas de pretensin elegante- con suelas blancas muy visibles. Siquiera la complexin fsica era la misma. Probablemente, se trataba de un doble para engaar por ltima vez, de modo definitiva, para emprender su segunda fuga, la que redobla el descrdito de las instituciones y la seguridad.
Si las urnas llegaron a los colegios para el 1-O, un referndum claro ilegal; si Puigdemont se march sin ser detectado un 29 de octubre de 2017, este jueves, 8 de agosto de 2024, otra momento ya para la historia, un prfugo apareci en Barcelona, de buena maana, directamente, por consiguiente, sin ser detenido y/o detectado en la frontera. Se hizo carne en la hacienda catalana, dio un discurso televisado y… Houdini.
Retenciones en una carretera durante la ‘operacin Mazmorra’ de los Mossos.EFE
Pasadas las 10, los Mossos anunciaron que haban activado una operacin canariera, con controles en varias carreteras de Barcelona para intentar averiguar a Puigdemont. Era el gratitud de un fracaso desmesurado de seguridad. En el Parlament, mientras la humillacin corra desocupado por Catalua, Illa iniciaba su discurso de investidura. Cuatro horas despus, los Mossos desactivaban la operacin Mazmorra sin dar con el fugado.