El Camino de Santiago Primitivo, del origen del peregrinaje en Galicia a Patrimonio de la Humanidad: etapas, recorrido y recomendaciones


Las rutas del Camino de Santiago (Patrimonio Mundial) son varias, pese a que algunos crean que existe una sola. El trayecto más conocido es el Francés el cual surca todo el boreal peninsular y es el que mejor señalización tiene. El Portugués, por ejemplo, es diferente a este ya que no tiene staff difíciles ni desniveles tan marcados y adicionalmente, cuenta dos vías: la clásica y la que es por la costa.

Hay otro que recorre toda la costa de la Península de este a oeste y se lumbre el Camino del Finalidad, mientras el Inglés destaca porque no tiene la masificación del resto. Otra ruta jacobea que cuenta con buena señalización es la de Vía de la Plata.

Incluso está el Camino Samabrés, el de Invierno, el de Finisterre y el Primitivo. Este postrero es una opción fantástico ya que se puede descubrir el origen de la peregrinación y a su vez es mucho más cachas que el resto de los trayectos.

La historia del Primitivo comienza en el año 813 cuando fue descubierta la tumba del Defensor Santiago. Delante ese hallazgo, Alfonso II emprendió el camino para ser refrendador del mismo, tras aparecer a Compostela ordenó construir una iglesia que hoy en día es la Catedral de Santiago de Compostela y determinó así el primer itinerario para aparecer hasta la ciudad que la alberga.

Etapas y itinerario del Camino Primitivo

Esta ruta jacobea cuenta con subidas proporcionado marcadas. Una de ellas es el puerto de Palo y no se encuentra tan perfectamente señalizada, pero no es tan complicado como para no obtener orientarse. Cuenta con 321 kilómetros de los que 170 discurren por Galicia y cuenta con rincones de dos Comunidades Autónomas ya que comienza por Oviedo, lo que hace aún más interesante este trayecto. Encima, cuenta con estas 14 etapas:

  • Etapa 1: Oviedo – Valor | 25,2 kilómetros.

  • Etapa 2: Valor – Salas | 22,1 kilómetros.

  • Etapa 3: Salas – Tineo | 19,8 kilómetros.

  • Etapa 4: Tineo – Pola de Allande | 27 kilómetros.

  • Etapa 5: Pola de Allande – La Mesa | 21,9 kilómetros.

  • Etapa 6: La Mesa – Grandas de Salime | 16 kilómetros.

  • Etapa 7: Grandas de Salime – A Fonsagrada | 25,2 kilómetros.

  • Etapa 8: A Fonsagrada – O Cádavo | 24,3 kilómetros.

  • Etapa 9: O Cádavo – Lugo | 29,5 kilómetros.

  • Etapa 10: Lugo – Ferreira | 26,5 kilómetros.

  • Etapa 11: Ferreira – Melide | 20 kilómetros.

  • Etapa 12: Melide – Arzúa | 14,1 kilómetros.

  • Etapa 13: Arzúa – Pedrouzo | 19,3 kilómetros.

  • Etapa 14: Pedrouzo – Santiago de Compostela | 19,4 kilómetros.

La primera etapa da un preludio de lo que significará el resto ya que cuenta con muchos caminos de tierra y desniveles. La segunda es una cuesta que da desde San Julián de Villapañada al Fresno. Mientras que en la tercera primará el entorno rural entre bosques de cajiga hasta aparecer a la cuarta que contendrá valles y bosques con subidas y bajadas.

Una de las subidas más complicadas se encuentra en la etapa cinco y es el Puerto del Palo con mil metros de cota, mientras que la seis será más tranquila ya que en su mayoría es un camino en descenso. Tras aventajar este itinerario los peregrinos llegarán al ecuador del camino y se adentrarán en Galicia a través de la provincia de Lugo.

La etapa ocho es complicada pero cuenta con excelentes vistas rodeadas de cubierta vegetal gallega. La nueve, por su parte, es una de las más esperadas ya que tras culminar el trayecto se podrá ver la muralla de Lugo, para luego salir del asfalto y retornar al mundo rural en la próximo etapa.

En este punto del camino, la etapa 11, los peregrinos se encontrarán con aquellos que hayan comenzado la ruta jacobea en Francia y se podrán ver las aldeas vinculadas a este itinerario. La próximo etapa debería divirse en dos para disfrutarla ya sea pernoctando en O Pedrouzo o en Santa Irene. Finalmente, el postrero trayecto será con pendientes moderdas y un itinerario corto hasta alcanzar Santiago de Compostela.

Recomendaciones

El verano es una de las épocas en las que más concurrido está la ruta jacobea ya que es cuando la mayoría de las personas suelen tener ocio y, por consiguiente, tiempo para hacer el itinerario. Lo bueno de la época veraniego es que hay marcha de lluvias lo que favorece a los peregrinos ya que no transitan por caminos de comedón.

El problema es las altas temperaturas por eso lo más recomendable es padecer ropa cómoda y fresca, así como padecer suficiente neto para estar adecuadamente hidratados durante el camino. Incluso se aconseja que se realice una preparación física dos meses antaño realizando caminatas dos o tres veces por semana en un principio para a posteriori hacerlas diariamente.

Encima, lo ideal es tonificar el cuerpo y proteger la musculatura para evitar posibles lesiones. Incluso debería utilizarse tanto el calzado como una mochila con la ropa y los implementos que se llevarán a la ruta jacobea para acostumbrarse al peso que no debe aventajar los diez kilogramos. Siquiera puede errata el protector solar, tiritas, desinfectante y algún protector antimosquitos.

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