El texto íntegro del mensaje de Carles Puigdemont tras su aparición en Barcelona y su posterior fuga


El expresidente de Cataluña Carles Puigdemont no tuvo suficiente este jueves con su esperpéntica reaparición y posterior fuga -la segunda- el día de la investidura de Salvador Illa y este viernes ha reclamado su cuota de protagonismo con un mensaje en redes sociales, en el que asegura estar ya en Waterloo, carga contra el conseller de Interior y niega activo llevado un goor de paja o activo viajado en un maletera.

Aquí el texto íntegro:

Hoy estoy en Waterloo posteriormente de unos días extremadamente difíciles. Hay que analizar la situación política y poner en perspectiva la razón profunda de la operación que hizo posible lo ocurrido ayer. Y lo haré. Pero son miles de kilómetros en muy pocos días y muchas jornadas de una tensión difícil de explicar, y confío en que se entienda que necesiten todavía unas horas para reponer y tomar donaire.

Lamentablemente, el maravilloso Área de Interior de nuestro Gobierno ha perpetrado hoy una de las ruedas de prensa más deplorables que regalo, y me siento obligado a hacer un comentario. No puedo creer que la caza de brujas que se ha desatado contra algunas personas concretas, simplemente porque las han gastado a mi costado en momentos determinados, sea protagonizada desde ámbitos políticos que se llenan la boca de lucha antirrepresiva. La ola represora que ha desatado el conseller Elena y el comisario cabecilla de los Mossos es digna de Marlaska o de Zoido. Debo opinar que algunas cosas no me sorprenden, como eso que yo llevé un sombrero de paja (no llevé ninguna, siquiera he estado nunca en ningún maletero, y siquiera he residido nunca en Hamburgo: cosas que se inventan en los atestados policiales y tienen siempre lo de la «presunción de fiabilidad»)Lo siento mucho por las personas que están reciben la ira de unos responsables políticos y policiales que saben que no han estado falta a la cúspide del momento. La reciben porque el conseller y el comisario cabecilla han tenido una pataleta al ver que el espantoso, incomprensible ya veces delirante dispositivo policial no le ha entendido nadie y sólo ha servido para agobiar a los ciudadanos. Y para desgastar inútilmente plata notorio, que haría más servicio combatiendo la delincuencia y el crimen organizado que persiguiendo a políticos que no tienen ni una sola condena y castigando a agentes de los Mossos d’Esquadra por su compromiso cívico, y no porque hayan cometido ningún delito.Ya dije que nunca he tenido la voluntad de entregarme voluntariamente ni de proveer mi detención porque me parece inaceptable que se me esté persiguiendo por razones políticas y que, encima, no se esté aplicando la ley de gracia. Entiendo las razones por las que el Tribunal Supremo tiene la obsesión por tenerme en sus manos pero ni el operante ni la reacción de los mandos políticos y policiales de los Mossos es comprensible ni aceptable.A los Mossos no se les debe pedir lealtades a ideas y narrativas políticas. Esto lo hacen los españoles con su Policía y la Policía Civil. Aquí hemos defendido siempre un maniquí policial propio y de carácter franquista, que se creen muchos agentes que tienen gusto de servicio notorio. Como presidente, me siento muy orgulloso del papel de los Mossos d’Esquadra en la administración de los atentados de Barcelona y Cambrils, y de la forma en que los mandos supieron admitir una crisis en la que asimismo debían competir con otros cuerpos policiales. Y todo el mundo sabe que el Major Trapero no era precisamente de la cuerda política del Gobierno. Pero entonces actuó con gran responsabilidad y gran sentido de la institución, que es lo que sí le podíamos exigir el conseller Forn y yo mismo como responsables políticos. Y cuando se decidió valer una operación Caja fue porque había que atrapar a unos terroristas que acababan de perpetrar una aniquilamiento en la Rambla. Unos terroristas. Muchedumbre que acababa de asesinar indiscriminadamente. No un responsable político que tiene una orden de detención que toda Europa ha rechazado y que, por supuesto, no ha matado a nadie. ¿Cuántas órdenes de detención existen en estos momentos vigentes contra ladrones, violadores, narcotraficantes y asesinos? ¿Y cuántos dispositivos como el de ayer se están montando? ¿No se les cae la cara de vergüenza?La degradación a la que los comparecientes de la rueda de prensa de hoy han deslizado al cuerpo de Mossos d’Esquadra será muy difícil de revertir. La vía cerca de su españolización (principalmente en el sentido de maniquí policial) empezó con un tripartito y culminará con un gobierno que el propio tripartito ha hecho posible.Y una consideración final. Si el conseller Elena y el área de Interior hubieran cumplido con la ley y me hubieran entregado el escolta que me corresponde, habrían sabido en todo momento cuál era mi itinerario por Barcelona y por Cataluña. No hubiera sido necesaria la delirante operación de ayer, que formará parte para siempre de su carrera pública. Y no como un mérito precisamente.

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