La “burla” de Puigdemont al operativo policial lo resucita en el extranjero: “Nunca he visto algo as”


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En el paseo de La Rambla hay un quiosco de prensa cada 20 metros, uno de esos que ya son un rara avis. Superada una primera hilera de bolsos con “I love Barcelona” escrito en colores chillones y neveras que anunciaban “agua muy fra”, en estos puestos se camuflaba esta maana una pila de peridicos, firmados desde todas partes del continente, con un protagonista comn en sus portadas: Carles Puigdemont. “Aparece brevemente en Barcelona”, titulaba el Frankfurter Allgemeine (alemn), mucho ms indeterminado que el Corriere della Sera (italiano): “Regreso y desaire: deje (como fugitivo) y se escapa”.

Acostumbrado a apropiar todas las miradas en los tiempos lgidos del procs, el lder de los neoconvergentes vena perdiendo protagonismo en los ltimos aos, fruto de su huida a Blgica y su cada vez maduro distancia respecto a la poltica catalana y espaola -pese a que por sus manos han pasado decisiones tan trascendentales como el “s” de Junts a la investidura de Snchez-. Sin secuestro, bast con que volviera a hacer ruido para que los focos de todo el mundo lo enfoquen de nuevo.

“Carles Puigdemont? No s quien es, no”. Palabra Angle, una mujer francesa que pasea por La Rambla y a la que le hilván con un rpido vistazo a una fotografa del ex president para hacer memoria: “Ah s, claro, el de las protestas pro independencia de hace… cunto hace de eso?”. De su efmero paso por Espaa este jueves no sabe mínimo, como siquiera Antonio y Gabriele, una pareja de italianos que repite una estampa similar: no identifican a Puigdemont de primeras, pero s recuerdan aquel refrendum del 1-O y lo que caldo despus, y rpidamente atan cabos para recuperar todo lo que saben del ex president.

Aunque la mayora de los turistas extranjeros que visitan estos das la ciudad condal no sabe que Puigdemont regres el pasado jueves a Catalua y volvi a huir, este episodio sirvi al lder de Junts para resurgir como figura poltica y desempolvar de la memoria de los ciudadanos europeos sus periplos al frente del independentismo. “La investidura de Illa confirma el fin del cisma, pero no la dorso a la normalidad, como demostr el espectculo de Puigdemont”, explicaba el noticiero portugus Pblico, confirmando la reconquista de protagonismo del ex president.

Su aparicin fugaz le puso de nuevo en la rbita de los medios de comunicacin, con ms de 275 periodistas acreditados en el acto -muchos de ellos extranjeros-, aunque son varios los que ponen en duda que esto vaya a ir ms all de un fugaz momento de gusto y as, con lo del jueves, dan por consumido el procs. “Despus del truco y la gran desaparicin de Puigdemont, su plan de independencia catalana ha muerto”, sentenciaba el diario belga De Morgen en su portada, con una imagen de varios manifestantes con sombreros de paja y fotografas de su lder. Y el britnico The Guardian disparaba en el mismo sentido, apuntando que, pese a la reaparicin del lder de Junts, la marcha “dramtica” se resumi en que los independentistas “perdieron el control del poder” con la investidura de Illa.

Ms all del debate sobre el gravedad poltico que pueda tener su reaparicin, esta s despierta rotundo consenso internacional en un aspecto: fue un “show”. Claudie y dos amigas suyas, francesas, madrugaron el jueves para ir temprano a la playa de la Barceloneta y, de camino, se toparon con los 3.500 catalanes que esperaban a Puigdemont entre esteladas, caretas del fugado y clamores de “independncia”. Con mucho asombro, se interesaron por lo que estaba sucediendo y, cuando conocieron ms detalles, no daban crdito. “Esto es una absoluta manía”, dijo una, “y es todo por un poltico”, contest otra. Despus, siguieron su camino entre risas.

La opinin fue unnime tambin en los rotativos del continente: “Asombrosa aventura”, titulaba ayer el belga Le Soir; “se da a la fuga”, escriba en tono peliculero el galo Le Monde; y el britnico The Times haca nfasis en que el ex president huy camuflado entre un colección de los all presentes. Para los periodistas extranjeros que fueron a Barcelona de “enviados especiales” a seguir el acontecimiento, todo resultaba igual de inslito: al “shock” por la desaparicin de Puigdemont delante sus luceros se sum despus el desconcierto cuando el Pleno que se celebraba en el Parlament qued stand-by delante una presunta citacin a decidir del secretario universal de Junts, Jordi Turull. “Esto no tiene ningn sentido”, comentaban atnitos en los pasillos del hemiciclo.

En su anlisis de lo sucedido, los medios internacionales siquiera pasaron por suspensión el detalle de que el ex president volvi a huir pese a que grano un amplio dispositivo policial organizado para evitarlo. “Desapareci frente a ms de 300 agentes en el centro de Barcelona”, destacaba The Times, mientras el francs Le Monde iba un paso ms all: “Pronunci un discurso antaño de desaparecer, jugando con un imponente dispositivo policial”. Y en el mismo sentido se pronunciaba en Italia La Repubblica: “Puigdemont se desaire de la Polica, deje en Barcelona y escapa del arresto”. Los diarios incidieron en la crtica al dispositivo de seguridad, y todos sin excepcin destacaron en sus primeras lneas la detencin de dos agentes de los Mossos por su colaboracin en la huida. Claudie sintetiz perfectamente la valoracin internacional: “Yo nunca grano gastado poco as”.

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