La interminable batalla para despojar a los Charlines de su patrimonio millonario


Los especialistas no se cansan de repetir que en la lucha contra el narcotráfico la prioridad debe ser poner sus manos en sus bienes. Porque, aunque sin escrúpulos y a costa de la salud pública, si trafican es para enriquecerse. Pero los delitos de blanqueo de capitales derivados del narcotráfico son muy difíciles de investigar y probar. Y más complicado aún, si cabe, es que todas esas propiedades pasen a manos honestas en un plazo de tiempo razonable. La prueba está estos días en la Audiencia Nacional. Dos décadas después de su gran juicio por blanqueo de dinero, los Charline regresan al banquillo por ‘blanquear’ una fortuna millonaria amasada, presumiblemente, gracias al narcotráfico. Una eterna batalla de la Justicia para despojar a la familia de su patrimonio.

Los Charline, el más siciliano de los clanes gallegos, pioneros en el salto del contrabando de tabaco al tráfico de hachís, primero, y al tráfico de cocaína después, se enfrentan ahora a un nuevo juicio por blanqueo de capitales, cuando de lo que dictaba aquella primera sentencia, la de 2003, todavía quedan muchas cuestiones por resolver: de las ochenta propiedades confiscadas a la familia entonces, por una razón u otra, Aproximadamente la mitad aún no se ha subastado.

Desde la Fiscalía, pero también desde otras entidades, reclaman más recursos humanos y materiales tanto para investigar los delitos de blanqueo como para agilizar estos trámites en la gestión de los bienes incautados a los narcotraficantes: “Es una sensación de impotencia, lo estamos haciendo algo anda mal para que veinte años después sus propiedades no hayan sido liquidadas”, argumenta Fernando Alonso, gerente de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico. “No podemos permitirnos esta lentitud que sólo les beneficia a ellos”, explica a torrevieja news today.

Tres muertos investigados

Lentitud en el proceso de subasta de aquellos bienes decomisados ​​en sentencia firme, que ya no pertenecen a la familia. Entre ellos se encontraban decenas de departamentos, fincas, locales comerciales, una mansión y una empresa conservera, Charpo, que cuando cerró dejó a unos setenta trabajadores en la calle sin compensación. Pero también la lentitud en la investigación de este segundo caso por el que ahora están siendo juzgados: blanqueo de capitales supuestamente cometido entre 2003 y 2010. Una investigación, bautizada como policial y paradójicamente como ‘Repesca’, que tiene 15 años y está dirigida contra tres generaciones de Charlines y sus testaferros. En total, una decena de imputados en un caso que quedó estancado en los tribunales debido principalmente a las trabas y la lentitud de una serie de comisiones rogatorias necesarias de países como China.

Desde que en 2008 se iniciaron las investigaciones sobre esta segunda causa de blanqueo de capitales, han pasado muchas cosas. Entre ellos, el Muerte –por muerte natural– de tres de los miembros del clan. investigado: el último, el patriarca, Manuel Charlín Gama, quien falleció en un accidente doméstico el 31 de diciembre de 2021. Antes habían fallecido su esposa, Josefa Pomares (2012), y su hijo Manuel (2009). Y el patriarca era supuestamente quien, desde la cárcel, movía los hilos y “era consultado” -según el fiscal del caso, Luis Uriarte- sobre cómo mover dinero y propiedades. ellos diseñaron una red de personas y empresas para poder blanquear todo ese capital, según la Fiscalía.

Manuel Charlín, fallecido en 2021, abandona los juzgados de Vigo en una imagen de 2018

EFE

La alarma había saltado en mayo de 2008, cuando durante una subasta pública de determinados bienes familiares, una nieta del patriarca, “siguiendo las instrucciones de su madre”, ofreció 500.000 euros por una depuradora en Illa de Arousa (Pontevedra) y 295.000 euros por alguna tierra. La nieta de Charlín presuntamente actuó como “una simple testaferro de su madre, quien “fue quien realmente puso el dinero”. amasado, supuestamente, con el narcotráfico. Luego, lo cambiaron por el nombre de un tercero -que también se sienta en el banquillo- para ocultar la propiedad real, pero los Charline no dejaron de controlar esos activos.

Un barco en China

Otro supuesto método de lavado utilizado en esta etapa fue la compra de una planta procesadora de productos del mar en China, que luego alquilaban para simular que obtenían ingresos legales. El fiscal también señala una empresa controlada por la familia, a la que señala como propietaria de varias propiedades, y también a Tres cuentas bancarias de los Charlines en Suiza, con más de dos millones de eurosque no tenía otra finalidad, según la acusación, que “ocultar a las autoridades españolas la existencia de estos fondos”.

El primer gran juicio por blanqueo contra los Charline se celebró en 2002 en la Audiencia Nacional

EFE

El jueves comenzó la primera sesión del nuevo juicio por blanqueo contra los Charlines en la Audiencia Nacional

piscina

El juicio comenzó el pasado jueves en la Audiencia Nacional y se reanudará el próximo 9 de octubre. Los imputados aún no han tenido oportunidad de declarar, pero la intervención de sus abogados en la primera sesión de la vista sirvió para vislumbrar hacia dónde irá su defensa. Sostienen, por ejemplo, que los delitos, si fueran delitos, habrían prescrito. Y, en cualquier caso, según la defensa, estos hechos ya habrían sido juzgados y sentenciados en el caso de 2003, aunque el fiscal lo desmiente argumentando que Continuó la actividad de “ocultamiento y transformación” de dinero proveniente del narcotráfico en la década siguiente.

Multas millonarias

Por todas estas maniobras, el fiscal pide penas de hasta seis años de prisión y multas millonarias: entre 10 y 12 millones de euros por cada investigado. Pero también confiscaron a la familia, entre otros bienes, la mencionada depuradora, varios apartamentos, plazas de aparcamiento y los fondos bloqueados de las cuentas suizas. Esto explica en parte por qué Nadie ha aceptado llegar a un acuerdo antes de comparecer ante el tribunal. Mucho dinero en juego.

En caso de condena firme, la recuperación de este patrimonio correrá el mismo riesgo de empantanarse en la burocracia que el confiscado en la anterior. Por este motivo, la Fundación Gallega contra el Narcotráfico ha sido exigiendo que las propiedades confiscadas a los traficantes puedan venderse por adelantado, como ya se hace, por ejemplo, con los coches y los barcos. «Se evitarían gastos, se evitarían retrasos y tendría un efecto disuasorio. Si los narcotraficantes ven que van a perder sus propiedades a la primera oportunidad, ganaríamos mucho”, argumenta el gerente de la Fundación.

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