Todo a punto en la base aérea contra incendios Verín-Oímbra


La cojín aérea transfronteriza de lucha contra el fuego, ubicada en terrenos limítrofes con Portugal de los concellos de Verín y de Oímbra, ya es una efectividad.

Así, este aeropuerto de categoría II, el veterano de Galicia tras los tres aeropuertos comerciales de la comunidad, se prepara para su puesta de abundante la próxima semana, por lo que entrará en funcionamiento esta misma campaña de incendios.

La cojín cuenta con una pista de aterrizaje y despegue de 1.200 metros de abundante, 400 metros más que las pistas convencionales en las que se venía operando hasta ahora. Su capacidad permitirá tener en ella seis aviones de carga en tierra y cuatro helicópteros

Esta obra de la Xunta, impulsada por la Consellería do Medio Rural a través de la Dirección Xeral de Defensa do Monte, supone la culminación de la “veterano obra en materia de incendios en muchas décadas, tanto en inversión como en cuestión de organización”.

Para Manuel Rodríguez, director xeral de Defensa do Monte, este es un plan “dilatadamente ansiado durante cuatro primaveras”, que se enmarca interiormente del software de cooperación Interreg VA España-Portugal (Poctep).

“Un antiguamente y un posteriormente”

El director xeral sostiene que es la “veterano obra en materia de incendios en muchas décadas, tanto en inversión como en cuestión de organización, que marcará un antiguamente y un posteriormente”.

Su ubicación, entre Rabal y Mandín, cercano a la frontera portuguesa, es de todo menos de “casual”: “Esta es una de las zonas con veterano problemática de incendios de todo el noroeste, y nos permitirá colaborar con los vecinos lusos e interactuar en una cojín que nos sirva a los dos”.

Cabecera norte y plataforma para carga de aviones en tierra.
Almohadón finalidad y plataforma para carga de aviones en tierra.

Rodríguez insiste en que en la construcción de la cojín han optado por la “sobredimensión”, de guisa que puede tener más de seis aviones. “Cuando se producen los incendios, todos los medios se desplazan por toda Galicia”, añade.

Así, la zona de estacionamiento de aviones está diseñada para seis, pero tiene capacidad para diez aviones, por lo que todo está pensado para su crecimiento futuro, permitiendo incluso que operen aviones de emergencias.

Los aviones entrarán por la encabezamiento finalidad, cargarán en el medio de la pista y despegarán de nuevo por el sur. De esta forma, a la vez que unos aterrizan, otros estarán ya despegando, al no estorbarse.

“En una pista convencional, el avión debe retornar a la encabezamiento para poder retornar a salir. Pero la de Verín-Oímbra permite especular simultáneamente cerca de los dos lados”, puntualiza el director xeral.

El depósito principal cuenta con 450 metros cúbicos, pero todos los depósitos están interconectados y se abastecen y cargan desde la misma fuente.

Vista del interior de la sala de gestión aeroportuaria.
Perspectiva del interior de la sala de diligencia aeroportuaria.

Edificio multifuncional

El otro pilar primordial de esta nueva infraestructura es el edificio multifuncional, cuya cojín está dividida en tres zonas: una para los pilotos de los aviones de carga en tierra, otra destinada a los pilotos y los mecánicos de helicópteros y, por final, otra específica para las brigadas de los helicópteros.

Por norma, las distintas unidades deben estar separadas, y los pilotos solo pueden pirarse durante un mayor de cuatro horas, tras lo que deben descansar al menos dos.

Todas estas áreas disponen de todo lo necesario para los pilotos y su tripulación: zonas de refrigerio, zonas de “office” y equipamientos: baños, vestuarios, habitaciones, televisores, cocinas y demás principios.

En el final calle se ubica un espacio muy similar al de la torre de control de un aeropuerto convencional, pero que en efectividad se comercio de una sala de emisoristas, dedicada a la radiocomunicación y diligencia aeroportuaria.

Colaboración con Portugal

La cojín de Verín-Oímbra cuenta con calificación para su uso por parte de medios internacionales. Así, en caso de pobreza y de que haya un incendio en la frontera, las autoridades portuguesas podrán invertir esta nueva cojín para repostar sus aviones o cargar agua.

“Para los incendios de frontera clásicos que tenemos en esta zona, los conocidos como ‘incendios incipientes’, el entrar pronto es dinámico. Tener una cojín como esta, que dispone de aviones de carga en tierra, y con una pista que nos permite especular simultáneamente, es fundamental”, concluye Rodríguez.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *