Durante la tarde y noche de este sábado, Valladolid ha abrazado la Virgen Dolorosa de la Vera Cruz, que ha sido coronado canónicamente en una misa pontificia celebrada en la catedral metropolitana. La cofradía, la más antigua de las penitenciarías de la ciudad, culmina así un largo proceso de actividades que comenzó en 2017.
La intensa y emotiva jornada, que estuvo precedida el viernes por la multitudinaria ofrenda floral y el traslado de la imagen desde su templo a la catedral, comenzó a las cinco de la tarde con la misa presidida por el arzobispo de la Diócesis, Luis Argüelloquien ha sido el encargado de imponer la Corona, un trabajo de orfebrería que ha sido realizado por el conocido joyero vallisoletano Antonio Zúñiga. Durante la homilía, el prelado imploró a los Dolorosos “danos siempre tu luz” y pidió a los numerosos hermanos que llenaron la Seo que no conviertan las imágenes en un símbolo de rivalidad.
Tras la ceremonia, la Virgen de los Dolores, ya coronada, salió en procesión triunfal por las céntricas calles de Valladolid, a esa hora de la tarde del sábado abarrotadas de gente, muchos de los cuales se sorprendieron al admirar en el exterior un insólito desfile. de las celebraciones de Semana Santa. Y aún más singular es la formación de la procesión, con la instalación, a lo largo del largo recorrido, de 22 altares, presididos por otras tantas imágenes devocionales de la Virgenerigido por las cofradías de la ciudad, la provincia y la Vera Cruz de Palencia.
Cabe destacar, entre estas tallas, las de cuatro de las otras cinco vírgenes coronadas de la provincia, a saber, la Soterraña, patrona de Olmedo y su Tierra; la Virgen de Fuentes, patrona de Villalón de Campos, y, ya en la capital, Las Angustias y Nuestra Señora de San Lorenzo, esta Patrona de la ciudad. Fueron precisamente los patrones de Valladolid y Olmedo los encargados de escoltar al protagonista de la jornada en el segundo acto solemne de la jornada, celebrado a altas horas de la noche en la Plaza Mayor, donde el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero.y el presidente de la Hermandad de la Vera Cruz, María José Fernández..
Ayer fue, sin duda, un día emotivo para Valladolid, y no sólo para el mundo hermano. Numerosos sectores de la ciudad, públicos y privados, venían trabajando desde hacía meses en la organización de esta fecha. Detalles relacionados con el protocolo, la organización, la liturgia, las composiciones musicales… Todo tenía que encajar. Así, el etnógrafo zamorano J.oaquín Díaz había compuesto el Himno de la Coronación Canónicaque contó con arreglos musicales de Agustín Achúcarro; el compositor onubense Abel Moreno Llegó a la capital del Pisuerga con ‘Reina de la Platería’, la marcha de la Coronación de la Virgen, estrenada durante las fiestas patronales de la ciudad y que sonó en la Plaza Mayor mientras la venerada imagen era elevada a su altar frente al Ayuntamiento. El nombre de la marcha hace referencia a la calle donde se ubica la sede canónica de la Cofradía.
La Banda de Cornetas y Tambores ‘Pureza’ abre la procesión y la Escuela Municipal de Música ‘Mariano de las Heras’‘, con su banda y su coro al frente de la procesión, han llenado de música las calles de una ciudad que se disponía a conquistar una noche de sábado en la que, a la fiesta de un fin de semana convencional, se ha añadido el paso de cientos y cientos de personas que acompañaron a la Dolorosa o iluminaron los altares que esperaban la llegada de la Virgen Coronada.
Tras abandonar la Plaza Mayor, la procesión continuó por las calles habitualmente más transitadas de la ciudad, donde aún esperaban varias cofradías que compartían escenario con el Valladolid más joven, que ayer por la noche se mezcló con ese otro Valladolid no tan joven. quien llevaba sobre sus hombros una imagen que, este 2023, se cumplen 400 años desde que la talló el maestro imaginero Gregorio Fernández.
Con el cansancio, la ilusión y la devoción marcados en sus rostros, los hermanos de la Vera Cruz depositarán a la Virgen, ya en su camarín de la iglesia, bien entrada la madrugada del primer fin de semana de otoño. En este trono, la Virgen de las Angustias gobernará la cofradía como Reina de la Platería, la preciosa calle que alberga la Penitencial.