A medida que avanza la temporada veraniego, aumenta el número de estafas en alquileres vacacionales. Según la Policía Franquista, este aberración se ha intensificado desde la pandemia y ya supera las cifras alcanzadas en los veranos anteriores al Covid-16.
Desde el despacho de abogados AF Legis, Arantxa Goenaga explica que el aumento está relacionado con el aumento de la demanda de alquileres en temporada suscripción así como con el auge de la digitalización del sector. Como principal problema apunta a esta longevo virtualización de los alquileres, impulsada incluso por las restricciones tras la pandemia, que hace proliferar los anuncios falsos en las plataformas online.
Inmuebles inexistentes
Los casos de estafa son especialmente comunes en aquellos en los que el suelo turístico está remotamente de la residencia habitual del propietario, ya que la comprobación en persona es dificultada y menos frecuente.
De hecho, uno de los métodos más comunes empleados por los estafadores consiste en hacerse suceder por propietarios de inmuebles inexistentes. Cuando el cliente muestra interés en traspasar, los supuestos propietarios argumentan distintas razones para evitar mostrar la propiedad, como estar fuera de la ciudad o que la vivienda esté actualmente ocupada.
Presentando este contexto, los estafadores pasan a solicitar a los clientes el fertilizante de un porcentaje o de la totalidad del arrendamiento del supuesto inmueble a traspasar. Así, el turista pierde, de guisa dual, el patrimonio y el disfrute que podrían alcanzar en sus reposo.