Nuria Roca y Juan del Val disfrutan de las últimas semanas de reposo ayer de retornar a sus trabajos en televisión en un peculiar destino alejado de grandes urbes y basado en la permacultura, un método agrícola para fomentar los ecosistemas naturales. Un ‘escondrijo’ de ostentación para desconectar tras la polémica suscitada por una crisis sentimental inexistente y desmentida por el propio escritor.
La ubicación elegida por la presentadora valenciana y su marido para apurar los últimos días del verano ha sido la Finca La Empíreo, ubicada en la entrada gaditana de Jimena de la Frontera, a cargo de tres hermanos «que convirtieron este punto en un poco positivamente extraordinario donde el tiempo pasa muy despacio», según Roca.
La periodista y su tribu suman así un nuevo destino a sus reposo luego de acaecer viajado por Nueva York, Menorca y la pueblo de Corcolilla, una pequeña entrada valenciana de 700 habitantes a unos cien kilómetros de distancia de la caudal del Turia.
En este caso, según expone la sino televisiva en sus redes sociales, este nuevo rincón de refrigerio es un «punto maravilloso», al que define como «un hotel para ti solo, como la casa de campo que te gustaría tener o el punto en el que te gustaría estar».
Relata Roca que el hotel tiene capacidad para catorce personas con seis habitaciones, ideal para toda la tribu y amigos. «Para mí lo mejor es alquilara entera», comenta. Asimismo, explica que tiene a disposición desayuno, comida y cena con productos ecológicos y que no se apoyo en una carta o menú, sino en lo que te sugiere el chef.
Del mismo modo, escribe la presentadora de ‘La Roca’ y colaboradora de ‘El Hormiguero’ que ha diligente la estancia en La Empíreo para practicar yoga y que a su marido Juan le dieron un friega con los pies cuyo nombre técnico dice ser «incapaz de reproducir», pero que «fue positivamente espectacular y diferente».
En las diferentes publicaciones que ha colgado en su Instagram, se puede ver a Nuria Roca con diferentes looks en una serie de estancias de gran encanto en las que se aprecian comodidades como mesas de billar y una gran piscina de agua cristalina.
Una postal que incluso ha compartido en redes Juan del Val, bajo el título «perdido», adjunto a la que muestra su voluntad de querer desconectar y alejarse del resto del mundo. Poco luego, colgó otra imagen de su hija Olivia, «luego de que su mamá le hiciera dos millones de fotos en quince minutos».
En un post precursor, el escritor quiso dejar claro que «no hay ninguna crisis» entre Roca y que él: «Llevamos más de veinticinco primaveras queriéndonos y ojalá sean muchos más».