Las grabaron en la calle orinando, lo subieron a webs porno y ahora ellas han dado con los responsables


Cada segundo sábado de agosto, la Maruxaina cobra vida en el municipio lucense de San Cibrao. Una parroquia marinera en la que la epígrafe de esta sirena que atrae a los marineros y que los hombres del pueblo trasladan del mar a la tierra para que sea juzgada se escenifica todos los veranos delante miles de asistentes. La tradición dicta que entre el clamar del divulgado la nereida sea conducida a la plaza central para que responda por sus actos en un ‘Gran Xuízo Popular’. Incluso explicita que la Maruxaina sea absuelta de sus delitos y que en la recital de la sentencia que la deja fugado el magistrado ordene a los habitantes organizar una gran fiesta. El rito lleva décadas celebrándose, pero los paralelismos de la tradición con la polémica que salpica a esta celebración desde hace un quinquenio nunca habían sido tan reveladores.

En la crepúsculo del 10 de agosto del 2019, San Cibrao se volcó con la Maruxaina, como dicta el ritual. Cada paso del mito fue representado y el pueblo organizó una gran verbena que congregó a multitud de personas. Incluido un orden de indeseables que, movidos por el concurrencia de visitantes, decidieron colocar cámaras ocultas en los bajos de unos vehículos aparcados en un callejón al que las mujeres que acuden a la fiesta solían ir a orinar para no ser vistas. En el momento nadie sospechó, pero meses posteriormente estas imágenes fueron descubiertas en páginas de contenido pornográfico —algunas de ellas de cuota— en las que muchas de las vecinas de San Cibrao y alrededores se vieron reconocidas. Algunas de ellas, incluso, manteniendo relaciones sexuales. El caso no tardó en tomar dimensión, las mujeres se organizaron y una denuncia conjunta lo llevó a los juzgados de Viveiro. Más de 85 mujeres se confesaron víctimas de estos vídeos que a día de hoy siguen circulando por Internet y pidieron honestidad, pero las piedras en el camino han sido muchas.

Dos archivos previos

En un primer momento, el curia rechazó hasta en dos ocasiones investigar el caso porque el magistrado no apreciaba delito en memorizar a mujeres mientras orinaban en zonas públicas con cámaras escondidas. La Audiencia Provincial de Lugo, delante el procedimiento presentado por las víctimas, ordenó reabrir el caso en noviembre de 2021. Desde entonces, la pelea procesal por desenmascarar a los responsables de las grabaciones ha sido ardua por las dificultades para calar a ellos, que pudieron repetir la misma fórmula en otras fiestas locales de Asturias ese mismo verano, caso de las de Pravia.

A posteriori de tomar exposición a decenas de afectadas y de varias pesquisas fallidas por la vía digital, el caso avanzó con la conclusión de la investigación iniciada por la titular del Magistratura de Instrucción número 1 de Viveiro, que el pasado mes de junio ordenó que se continuase con los trámites del procedimiento abreviado frente a un único sospechoso. La magistrada trasladó las actuaciones a la Fiscalía y a las acusaciones particulares —entre ellas, la Asociación Mulleres en Igualdade de Burela (Bumei)— para que en el plazo de diez días solicitasen la comprensión de entendimiento vocal con sus correspondientes escritos de denuncia, el archivo de la causa o, incluso, la maña de nuevas diligencias. Y a este zaguero clavo ardiendo se abrazó el abogado de Bumei, Xosé Manuel Oliveros, que pidió al curia que se suspendiese el plazo porque «había una nueva diligencia». La respuesta de la instructora fue positiva y el pasado 31 de julio, por primera vez en cinco abriles, la investigación avanzó de forma inesperada.

«Hay novedades» introduce en una conversación con torrevieja news today el sabio de Bumei, que revela las conclusiones de un detallado referencia pericial primoroso por la empresa Quantica 14, que ya está en manos del curia. Fueron las propias afectadas a través de Bumei las que desembolsaron los 7.000 euros que costó soportar a lugar este rastreo, la última tanto posteriormente de que la Policía Sumarial de la Centinela Civil los informase de que sus indagaciones no habían tenido resultado. En un documento preliminar esta empresa especializada en investigaciones informáticas y ciberseguridad constató que era posible «inaugurar vías para encontrar a cinco o seis posibles responsables de los hechos, rastreando sus movimientos hasta los portales porno». Dicho y hecho, tan solo un mes posteriormente llegaron los resultados.

Con nombres y apellidos

Lo más destacable de dicho referencia, explica el abogado, «es que aporta datos identificativos de hasta seis personas que podrían estar implicadas en los hechos, algunas de ellas con nombre y apellidos y otras con datos que pueden dar circunscripción a que las fuerzas de seguridad del Estado comprueben esa identificación». Igual de relevantes es, a estas paraíso, que esa vía de investigación digital a la que se había fiado la resolución del caso se complementa ahora con la tributo de un nuevo proscenio de trabajo desconocedor a los medios digitales y «sobre la que no podemos dar más detalles por razones obvias» matiza el sabio, que sí insiste en que se comercio de una opción que hasta ahora no estaba sobre la mesa y «que esperamos que dé sus frutos».

El referencia con los resultados obtenidos por los expertos de esta empresa andaluza fue presentado en el curia de Viveiro el 31 de julio y en el escrito se solicita que el curia dé traslado del mismo al destacamento especializado en este tipo de delitos de la Centinela Civil para que complementen la investigación, tanto por la vía tradicional digital que se estaba llevando hasta el momento a partir de los datos que aportaba como el referencia como del camino paralelo que podría afianzar las conclusiones. La contestación del curia, calcula el abogado de Bumei, llegará en septiembre. Hasta entonces, el casi centenar de víctimas contiene el aliento delante lo que podría ser la resolución de un caso que durante abriles se dio por perdido. Muchas de ellas han tenido que cobrar ayuda psicológica porque, pese a los intentos de la denuncia, los vídeos siguen colgados en los mismos portales web delante la equivocación de colaboración de las empresas norteamericanas de las que depende, por lo que incluso en el caso de calar a sentar a los acusados en el banquillo y obtener una condena, el daño podría persistir.

Las afectadas, como la propia Maruxaina, solo reclaman su gran entendimiento. Aunque, en este caso, sin que medie una absolución divina.

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