El populoso ciudadela de los Pajarillos en Valladolid continúa aún en shock 24 horas luego de que su vecina Mónica fuera hallada muerta y con signos de violencia en el interior de su vivienda, cuando los bomberos acudían a primera hora de la mañana a la terminación de un incendio en la misma. «No te imaginas que va a acaecer esto», siguieron diciendo durante todo el día. Precisamente fue el vecino del 3ºA de la calle Sisón 4, el mismo pedrusco donde vivía la víctima, quien alertaba de un incendio pasadas las ocho de la mañana a la Policía. «Hay humo», fue de lo poco que acertó a opinar.
A la presentación de las patrullas al pedrusco sito en Pajarillos Parada comprobaban que, efectivamente, había un incendio en la casa de al flanco en la que poco luego los bomberos encontrarían el difunto de la mujer, de 49 primaveras. Yacía muerta en el suelo con el cuerpo parcialmente molesto y un cuchillo clavado en el pecho. Ni rastrillo del otro natural de la vivienda, Juan, la pareja de la víctima, al que la investigación apuntaba desde el principio como principal sospechoso y que fue finalmente localizado y detenido ya por la tarde en la ciudad de Vigo, a más de 400 kilómetros de distancia del área donde habría cometido el homicidio. Allí fue trasladado a dependencias judiciales para tomarle exposición.
El crimen se destapó en el crecimiento de las labores de terminación del fuego. Tras entrar en la casa por la ventana, los bomberos dieron con el cuerpo de la mujer y apreciaron evidentes signos de violencia. Encima del pertrechos que supuestamente acabó con su vida aún en el cuerpo de Mónica, se veían varias heridas que podían suceder sido producidas por pertrechos blanca. En el inmueble se encontraban asimismo los cadáveres de tres perros, perecidos supuestamente por inhalación de humo, según apuntaron desde la Subdelegación del Gobierno.
Tras el hallazgo, las patrullas se multiplicaron en el ciudadela vallisoletano. Mientras se procedía al rebelión del difunto y su traslado al Instituto Fisiológico Forense para la procedente necroscopía, la Científica comenzaba a peinar la casa y los efectivos de la Policía buscaba cualquier indicio que condujera hasta el supuesto desfavorable. No se descartaba ninguna hipótesis, pero pronto desde la Delegación del Gobierno para la Violencia de Carácter advertían de que «estamos recabando datos del supuesto homicidio por #ViolenciaDeGénero de una mujer en la provincia de Valladolid».
A pie de un edificio precintado, con las persianas que los bomberos habían tenido que salir para poder entrar a la vivienda aún en el suelo, los vecinos tenían claro que había sido la pareja de Mónica quien había viejo con su vida. A Juan le describían como un «tipo violento» y «conflictivo» con el que habían tenido múltiples encontronazos. Bidones de pintura arrojados por la ventana, el corte de los cables de la televisión, amenazas con un cuchillo o peleas varias que habían viejo en los tribunales eran algunos de los episodios que narraban mientras aguardaban para poder retornar a entrar al interior de sus casas.
Ella, decían, todo lo contrario. «Era maravillosa». Desde la pandemia se le veía «mas decaída», pero siquiera podían imaginar que su «historia» podría «destruir así», comentaban sus vecinos, que hasta la una de la tarde no regresaron a sus domicilios. En el 3ºB, el precinto de la Policía en una puerta a la que habían llegado las llamas atestiguaba el horror que se había vivido en su interior unas horas antaño.
A las cuatro de la mañana los residentes de las viviendas colindantes habían pabellón un robusto gracia, pero «él no estaba admisiblemente» y lo mismo daba «martillazos» o se ponía «con el taladro» en plena tinieblas. La calle donde se ubica el inmueble, peatonal, es punto de diálogo de largas veladas a la fresca. Falta confirmaba que ese ruido tuviera que ver con la crimen de Mónica pero de ser así, quien la causara habría tenido tiempo de huir de la ámbito del crimen, como sucedió finalmente.
A media mañana el subdelegado el Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, apuntaba que la Policía Doméstico mantenía abiertas distintas líneas de investigación y estaba «trabajando para esclarecer tanto el origen del incendio como la posible acometida a la víctima». Había «pistas de por dónde podría estar el supuesto responsable de estos hechos» y esa punto tuvo éxito varias horas luego en tierras gallegas.