Otro adiós a un negocio de O Barco por falta de relevo



Los vecinos que se den un paseo por O Barco de Valdeorras se darán cuenta de que muchos comercios de ayer donde hacían sus compras ya no existen. Algunos cerraron conveniente a una mala trámite o cambios de ubicación, pero otros tantos tuvieron que descender la persiana por errata de licenciatura en sus negocios. Algunos con varias décadas de existencia que facilitaron el día a día de los barquenses gracias a su existencia y además una buena gobierno por parte de sus propietarios.

Este es el caso de Manuela Rodríguez, aunque a ella nadie la conoce por este nombre en O Barco. Es Manoli Murciego. Esta barquense lleva 40 primaveras y 5 meses vendiendo los primeros libros de sus vidas a generaciones y generaciones de vecinos, además esos cuadernillos Rubio odiados por muchos, libros de texto, prensa y demás artículos relacionados con la papelería.

Pero esta etapa tiene un final. Manoli no quiere avanzar cuándo será el postrer día de trabajo: “Va a ser un día triste porque en realidad no nos queremos ir”, detalla hablando en plural porque con ella se va además su empleada, que ya es de la clan.

Explica que son las dos las que pasan a una nueva etapa de sus vidas: “Nos jubilamos las dos, antiguamente éramos tres, pero la otra chica ya se jubiló hace un tiempo”, dijo. 

El negocio cerrará, pero no por votación propia, sino por errata de licenciatura. Manoli Rodríguez detalla que las paredes del lugar situado a escasos metros de la Casa do Concello de O Barco examen nuevo inquilino. Por otra parte, subraya que es un negocio que da para poblar: “No puedes esperar hacerte rico el primer mes. Hay que usar proporcionadamente el lugar, pero de esto se vive. Hace errata parentela con ganas”, apostilla.

Cuatro décadas dan para mucho. Desde la biblioteca detallan que han pasado la proceso del papel al mundo de la tecnología. A día de hoy los hábitos de los lectores son totalmente diferentes a los del primer día de trabajo allá por los primaveras 80. Manoli Rodríguez explica que las nuevas generaciones deben ir más a la biblioteca: “En verano por ejemplo están todo el día haciendo cosas, y además deben tener tiempo para interpretar” comentó. Asimismo cree que los padres de los niños pueden traerlos para simplemente ojear y tener contacto con los libros, aunque no duda que en los colegios actualmente están muy proporcionadamente equipados en cuanto a la letras se refiere.

Asimismo en los adultos se ven otros hábitos: “Hemos notado un ocaso vasto desde inicios de año. Por ejemplo, la prensa en papel la adquisición parentela de perfil adulto. Un jóven no adquisición un gaceta”. 

Manoli cierra Murciego, pero ella es convincente: “Esto es mi casa. Seguiré viniendo hasta que cierto alquile el lugar. Con el guardarropa empapelado por fuera yo seguiré estando adentro”.

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