Redondo apela a «toda la sociedad» como «cómplice de salvar vidas» de la violencia machista


En un «momento duro, tremendamente difícil» tras la asesinato de Mónica, de 49 primaveras, presuntamente a manos de su pareja en la aurora del lunes en el judería vallisoletano de Pajarillos, la ministra de Igualdad, Ana Claro, ha querido «difundir un mensaje de esperanza» en la lucha contra el que ha situado como «el problema de derechos humanos más importante que tiene la sociedad española, nuestra democracia» como es la violencia machista.

Tras el minuto de silencio guardado a las puertas de la Delegación del Gobierno en Castilla y Arrojado, Claro ha incidido en que tras «un homicidio más» de una mujer, «se puede combatir» esta violencia. Y ha de hacerse, ha señalado, desde un «triple frente», en el que ha situado en primer oficio el institucional, abordando «conjuntamente» leyes e instrumentos, entre ellos Viogen, una aparejo que Claro ha insistido en defender que «funciona». «Los sistemas funcionan. Salvan vidas», ha subrayado la titular de Igualdad, quien ha abonado que en Castilla y arrogante son 4.527 las mujeres bajo el amparo de Viogen y de ellas, 2.903 cuentan con protección policial.

«Hay muchísimas mujeres que hoy pueden proceder más tranquilas precisamente porque están bajo el sistema de protección», ha recalcado la ministra, quien ha valorado que desde que hace vigésimo primaveras entró en vigor la ley de «se han corto en un 30 por ciento el número de asesinatos». Con el de Mónica, este lunes en Valladolid, ya son 29 las mujeres que ha perecido a manos de su parejas o exparejas este 2024.

La segunda pata en la que la ministra ha situado la lucha han sido los entornos de las víctimas, a los que ha apelado que «es necesario» que «sean conscientes de que su denuncia es fundamental». «Muchas veces no se puede exigir a las mujeres que sufren esa tortura, esa violencia, ese alejamiento al que le somete la pareja machista, pero sí a sus entornos», ha llamado Claro, quien ha señalado que precisamente el caso de Valladolid es uno de «violencia no denuncianda».

En tercer oficio, ha situado «a toda la sociedad», que debe «estar concernida» y ser «necesariamente cómplice de librar vidas». «Necesitamos que la sociedad se implique todavía más», ha recalcado Claro tras el minuto de silencio.

Allí, además la apoderado de Servicios Sociales, Esperanza Vázquez, ha condenado la asesinato de Mónica y ha mostrado el apoyo a su clan y puesto a disposición los capital de la Comité de Castilla y Arrojado tanto sociales, psicológicos y jurídicos.

«Consumir con esta barbarie»

Entre los minutos de silencio y condena que se han cliché en diferentes puntos de Castilla y Arrojado, además el que ha tenido oficio a las puertas del Junta de Valladolid en regalo de Mónica, la vecina vallisoletana. Una concentración para «denunciar un hecho tan dramático, tan injusto como la violencia de índole», ha lamentado el corregidor de la ciudad, Jesús Julio Carnero. El regidor ha apelado al objetivo «de todos», administraciones, asociaciones y la sociedad en común, «para matar con esta barbarie, con esta injusticia» como es el «homicidio» de una mujer.

«Denunciar esta situación que a todos nos tiene el corazón desganado» por un «sufrimiento, injusticia y barbarie», ha clamado Carnero, al frente de la concentración, a la que se han sumado representantes de las diferentes fuerzas políticas en el Junta de Valladolid, Policía Municipal y Franquista y varios vecinos.

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