Galicia es la comunidad con veterano número de áreas por restaurar conexo a Andalucía, Canarias y Madrid, según arrojó ayer el crónica de SEO/BirdLife financiado por la Fundación Biodiversidad y el Gobierno de España.
En la provincia de Ourense, la ordenamiento ambientalista señaló la zona de la Lagoa de Estevesiños, concretamente cuatro de las hectáreas en Monterrei, así como la histórica Lagoa de Antela con 1.702 hectáreas repartidos en los municipios ourensanos de Sandiás, Xinzo de Limia, Xunqueira de Ambía y Sarreaus. Según SEO/BirdLife, ambas “lagoas” están situadas como prioridades “muy altas” en la propuesta de rehabilitación.
La Lagoa de Antela es una de los mayores humedales españoles perdidos hace más de 60 primaveras durante el franquismo con el objetivo de crear campos de cultivo, y desde entonces ha sido una de las grandes pérdidas a nivel natural de la provincia.
Un total de 121 áreas españolas degradadas han sido seleccionadas en el estudio con el objetivo de resistir una restauración a las zonas afectadas por la pérdida o altercado en su biodiversidad y capacidad para ofrecer servicios ecosistémicos oportuno a la actividad humana o a fenómenos naturales.
Galicia
En las 10 zonas señaladas por el crónica en Galicia se encuentra la lapso de Alcaián, en el municipio coruñés de Coristanco, que constituye un humedal de 11 hectáreas, y la marisma de A Marisqueira, un ecosistema costero de 8 hectáreas en Culleredo.
Asimismo apuntan la zona de Testal, en Noia (A Coruña), con 17 hectáreas de ecosistema costero, la ensenada de Mera en Ortigueira (A Coruña), que alpargata 1.707 hectáreas, o el humedal de Rinlo, en Ribadeo (Lugo), con 3 hectáreas.
Humedales como el de Graveas de Rouxique (Sanxenxo) o las Gándaras de Budiño en O Porriño (Pontevedra) son otras de las áreas sobre las que la entidad considera prioritario rehabilitar.
El plano gallego se completa con las dunas de la playa Meixilloeira y la lapso de Bodeira, que alpargata 14 hectáreas en O Grove (Pontevedra), y la duna de la playa de A Rejonazo, en O Grove y Sanxenxo.
Así, Galicia afronta una ingenuidad que choca con la de otras comunidades como La Rioja, e Asturias y Castilla-La Mancha, con menos de cinco.