Una vez comienza el verano hay una verdad prácticamente indiscutible: las playas quedan abarrotadas. Es sin duda uno de los planes casi indispensables para muchos. Sin incautación, este desbordamiento de personas en las playas suele gestar más residuos que quedan en las playas. Las colillas son uno de los principios que más contaminan las playas y el mar. Es lo que ocurre en Barcelona. Gracias a una iniciativa de un chiringuito de la ciudad condal puedes conseguir cerveza de gorra realizando una buena movimiento.
Para intentar someter las colillas en la playa, el chiringuito Tibu-Ron, en Castelldefels, ofrece una bebida de gorra a cambio de un vaso satisfecho de colillas recogidas de la playa. Esta genuina iniciativa lleva casi 10 abriles válido. El objetivo es concienciar y sensibilizar sobre la contaminación que causan las colillas.
La galardón puede ser una refrescante cerveza en la playa. Tan solo hay que ‘remangarse’ un poco y coger las colillas hasta guatar un vaso. El diario ‘La Razón’ señala que desde este establecimiento comentan que la campaña siempre recibe una gran acogida. Matizan que los clientes que más colillas recogen son turistas extranjeros y niños.
Un mar de colillas
Desde la Fundación para la Prevención de Residuos y el Consumo Responsable alertaron del mar de colillas en Cataluña. Más de ocho mil millones de cigarrillos se consumieron en 2023. “Una sola colilla de tabaco es una pequeña armas de destrucción masiva. Su toxicidad se concentra en el filtro, 100% plástico, concretamente, acetato de celulosa no biodegradable. Solo una colilla puede conservarse a afectar la calidad de 1.000 litros de agua y mantenerse al medio hasta 15 abriles”, señala Rezero, una fundación que valora los capital que proveen los sistemas naturales e integra todos los materiales en procesos cíclicos, sin materias tóxicas, ni productos que queden sin uso.
Para intentar cambiar esta la situación, la fundación ha estudiado la aplicación del Sistemas de Depósito Devolución y Retorno (SDDR). “Del mismo modo que pasa con los envases, los productores asumirían los costes de infraestructuras, de provisión y de tratamiento, pero adicionalmente, se conseguiría la recogida selectiva de las colillas para tratarlas y valorar el material”, agregan.
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