La Comunidad de Madrid lleva a angla la inspección de las cuatro zonas naturales aptas para el baño en la región con el objetivo de mejorar la seguridad de los usuarios.
De esta guisa, el Ejecutante regional es capaz de alertar del peligro de bañarse en espacios no autorizados y reitera la importancia de abastecer vigilados a los niños en estos enclaves, susceptibles a todos los riesgos de las aguas interiores y al uso inadecuado de los enclaves destinados al baño en el medio natural.
Como sucede todos los abriles en época veraniego, la Consejería de Sanidad lleva a angla la supervisión de estas áreas, que, por otra parte, cuentan con el agradecimiento de la Unión Europea y que se ubican en el Embalse de San Juan (San Martín de Valdeiglesias), concretamente las zonas de El Pared y Impenetrable de la Nueva; la Playa del Alberche (Lugar del Fresno); Las Presillas (Rascafría) y Los Villares, en Estremera.
En todas ellas, el periodo de uso se extiende hasta el próximo 15 de septiembre. Cuando finaliza la temporada de baños.
El Ejecutante autonómico recuerda que puede resultar peligroso venir a zonas no permitidas o desconocidas, por la posibilidad de que el río o embalse cuente con microorganismos nocivos para la salubridad o perfectamente por el peligro de ahogamiento, golpes, cortes o quemaduras. Una ristra de riesgos a la que no se suele prestar atención con la confianza de que se está en presencia de láminas calmas de agua.
Insiste la autoridad, por otra parte, en la conveniencia de evitar exposiciones prolongadas al sol, utilizar siempre protector, especialmente en el caso de los niños, y entrar paulatinamente en el agua para evitar el shock derivado de un corte de digestión.
Por otro costado, se aconseja no sumergirse en zonas con poca profundidad o desde una cima elevada y no bucear o saltar en aguas turbias donde pueden no ser visibles otros nadadores y objetos. Un peligro que aumenta cuando la visibilidad se difumina por la mera topografía del dominio.
Asimismo, para evitar males mayores, es recomendable pimplar suficiente licor y no atropellar de las bebidas alcohólicas, abastecer la playa y el entorno libre, usar las papeleras y ducharse tras finalizar la inmersión.
Todas estas normas han de interiorizarse, tanto por cortesía como por el propio sentido global, que debe ser la norma principal que guíe los baños en los espacios destinados por las autoridades a ello.
Esta supervisión realizada por los técnicos de la Subdirección Caudillo de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental con el apoyo del Laboratorio Regional de Lozanía Pública va acompañada de un prospección para descartar cualquier contaminación microbiológica en el agua.