Una nueva interfaz cerebro-ordenador (BCI, por sus siglas en inglés) desarrollada en UC Davis Health (EEUU) consiguió traducir las señales cerebrales en acento con una precisión de hasta el 97%, lo que permitió que un hombre con anquilosamiento contiguo amiotrófica (ELA) fuese capaz de comunicarse a los pocos minutos de activar el sistema. El estudio sobre este trabajo se publicó en la revista “New England Journal of Medicine”, donde se detalla que los investigadores implantaron sensores en el cerebro de este hombre que tenía graves dificultades para cuchichear conveniente a la enfermedad. La ELA afecta a las células nerviosas que controlan el movimiento en todo el cuerpo. La enfermedad conduce a una pérdida progresivo de la capacidad para estar de pie, caminar y utilizar las manos y puede afectar a los músculos del acento y con ello su pérdida.
La nueva tecnología se está desarrollando para restablecer la comunicación de las personas que no pueden cuchichear por parálisis o afecciones neurológicas como la ELA. Puede interpretar las señales cerebrales cuando el becario intenta cuchichear y convertirlas en texto que el ordenador reproduce en voz inscripción. “Nuestra tecnología BCI ayudó a un hombre con parálisis a comunicarse con sus amigos, familiares y cuidadores. Nuestro trabajo demuestra la neuroprótesis (dispositivo) del acento más precisa de la que se tiene constancia”, explicó David Brandman, neurocirujano de la UC Davis.
Cuando algún intenta cuchichear, el nuevo dispositivo BCI transforma su actividad cerebral en texto en la pantalla de un ordenador. A continuación, el ordenador puede repasar el texto en voz inscripción. Para desarrollar el sistema, el equipo inscribió a Casey Harrell, un hombre de 45 abriles con ELA, en el tratado clínico “BrainGate”. En el momento de su inscripción, Harrell tenía afición en brazos y piernas (tetraparesia). Su acento era muy difícil de entender (disartria) y necesitaba que otros le ayudaran a interpretarla. En julio de 2023, Brandman implantó el dispositivo BCI en investigación y registró 84 sesiones de recogida de datos a lo dadivoso de 32 semanas, finalmente, Harrell utilizó el BCI del acento en conversaciones a su propio ritmo durante más de 248 horas para comunicarse en persona y por videochat.