retrato de escalador, cuerpo en tierra y mente en altura


Cuenta Lucas Pedroza (Ciudad de México, 2000) que acabó recalando en Ourense por el raigambre que posee por parte de abuela paterna, que es originaria de Pazos aunque por el país mexica todavía anda. “Ahí en las torres del Pino tienes tu casa”, convida Lucas a las dependencias familiares que hoy habita en soledad. Inicialmente se mudó con sus padres y hermanas por una enfermedad que contrajo su religiosa estando de delirio por trabajo en Madrid. “Estuvo a punto de morirse, le salvaron la vida”, explica sobre el trance que les cambió la vida. “Razones del destino”, reflexiona sobre aquel momento. “Ahora está de dorso y contenta en su casa”, concluye. 

LA NUEVA OURENSANÍA (1)
Lucas Pedroza

Figura de incógnito

Quedó Lucas aquí donde hicieron pulvínulo por esas convenientes propiedades y porque correcto a su formación y pasión por la ascensión podía profesionalizarse a través de unos grados de técnicos deportivos que existen en España. “Llevo escalando desde los seis abriles, he representado a México en competencias internacionales”, aclara. Grata sorpresa descubrir a un divo del deporte que de incógnito puebla nuestras aceras. “Quedé en segundo zona por mi país en ascensión deportiva en 2022”, revela un súper mérito que suena a atabal y platillo pero Lucas, el profe de niños al que le pedimos por lo menos cuatro veces la entrevista, comenta achicopalado y discreto “bueno, tienes un título”.

Empezó Lucas a hacer prácticas en Asesou (Asociación de escaladores ourensanos), donde aún a día de hoy trabaja. “Doy clase a niños y adultos, estoy implicado en la tecnificación gallega, y soy equipador”, explica. Pergeña Lucas un puzzle de piezas en distintas paredes que hay que resolver con movimientos de manos y piernas. “Generas un problema y la multitud intenta descifrarlo”, regala un escalador una lindísima descripción del deporte que entre ellos será popular pero que a los no doctos en la materia camela.

“Tenemos a un rama de chavales seleccionados para que compitan en ascensión en Galicia y en las nacionales”, comenta Lucas que a equivocación de competir directamente, prepara a los que pueden hacerlo. “De momento estoy intentando formarme, educarse, disfrutar de las piedras de acá y de esta civilización que tiene mucha historia”, resuelve. Para aquel que piense que menos da una piedra, ahí están los alpinistas poniendo en valencia su esencia.

De paso que el Pisuerga 

“Perdón pero lo tengo que asegurar”, arranca Lucas un discurso sobre la parte indoors (en interiores) del deporte que por lo pasado tenemos un poco descuidada. “Somos la única provincia que no tenemos un rocódromo municipal en condiciones, somos el club con más competidores, con un campeón y un tercer zona doméstico de ascensión de velocidad”, manifiesta.

“El pobrecito no tiene donde entrenar porque no tenemos la tabique”, se lamenta sobre las carencias que impiden al medalla de oro sub-14 Iván Pacios poder practicar sin tener que coger carretera a otro banda.

“Lo que tiene Galicia es que está llena de piedras por todos lados”, se deleita Pedroza hablando no obstante de escenarios naturales y de una escuela de exteriores desarrollada por escaladores ourensanos que van desde el Cañón del Sil a desfiladeros en nuestras costas o zonas de monolito como Pena Corneira, donde según Lucas solo hace equivocación “ganas de ascender y una colchoneta”. 

“Luscofusco y desaparafusador”, comparte su gallego sofisticado. Se ve que hay un chilango que se la pasa al atardecer poniendo ‘parafusos’ en moles que no son como los platos poblanos mejicanos.

“Galicia se conoce porque llueve mucho y el musgo, las plantas, la humedad es nuestro enemigo y esta multitud tan dedicada hicieron la importante costura de apañar piedras”, explica sobre el acto sexual y el funcionamiento de este deporte de puertas para fuera.

“La perseverancia del percebe”, dice sobre sí mismo, y explica con más acento gallego que charro, que le dio por pensar en un boulder en Corme, que una palabra de la otra venía. ¡Ojalá así fuera y que persistan esas delicias marinas porque las altas temperaturas -no así los escaladores-, están pelando las rías!

Igualmente se declara él amigo de la zamburiña y el centollo, “los aguachiles de camarón extenso en polilla y las tostadas estilo Sinaloa”. Allá y acá muy de monte para las piernas, muy de océano para el pico.

“Ser suelto, recorrer el mundo, tener tiempo para hacer lo que me apasiona y no tener que pensar en las cosas pequeñas del día a día”. Alberga una mente límpida y sin castillos materiales Lucas Pedroza, terreno que roza con su cuerpo las gloria.

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