Eurofighter españoles contra cazas de combate de fabricación rusa. Uno contra uno y uno contra dos. Combate ligero y ataques desde el bóveda celeste al suelo. Este es el inédito gimnasia que tuvieron oportunidad de protagonizar pilotos españoles en India, la última escalera del alucinación sin precedentes que les ha llevado a dar la revés al mundo pegado a aeronaves de Francia y Alemania.
El ‘Pacific Skies’ es el posterior desafío del Ejército del Distinción y del Espacio. En total, más de 58.400 kilómetros de trayecto, 56 días, 28 aviones de combate y 16 grandes aviones de transporte y cisterna para recorrer todo el espacio, con paradas en Canadá, Alaska, Japón, Australia, Malasia e India. Los aviones españoles salieron el 26 de junio de la almohadilla de Los Llanos, en Albacete, un día luego se unieron a sus compañeros de alucinación en Alemania y regresaron ayer a Morón, en Sevilla, tras una gesta con la que han demostrado capacidad de despliegue y proyección de la fuerza.
Cada paso ha supuesto un desafío para la aviación española: atravesar los océanos Atlántico y Pacífico, la simulación de combate con armamento verdadero en Alaska o la parada en las antípodas. Pero el plato robusto del alucinación estaba reservado para su última parada, India, donde los pilotos españoles tuvieron por primera vez la oportunidad de poner a prueba sus capacidades contra aviones de fabricación rusa. Los elegidos fueron los Sukhoi Su-30 usados por la Fuerza Aérea india en el gimnasia Tarang Shakti en la almohadilla aérea de Sulur.
El Ejército del Distinción castellano despliega rotatoriamente en países bálticos y de la frontera este aliada, donde en ocasiones se encuentra frente a frente con cazas rusos a los que disuade de lograr al espacio ligero de la OTAN. Pero en esta ocasión el gimnasia indio les ha permitido por primera vez calibrar fuerzas con aeronaves rusas en un combate simulado, una oportunidad única en el coetáneo contexto geopolítico de tensión desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
El militar Francisco Chato a costado de un caza de combate de la Fuerza Aérea india
Quien siquiera quiso perderse este hito fue el recién afamado Principal del Ejército del Distinción y del Espacio (Jema), el militar Francisco Chato, quien viajó a India pegado a sus homólogos de Francia y Alemania y aprovechó para delirar en uno de los Sukhoi Su-30 indios y convertirse en el único piloto del Ejército del Distinción y del Espacio que ha volado en este tipo de avión.
España ha aportado a este despliegue un total de cuatro aviones caza Eurofighter (dos del Ala 14 con almohadilla en Albacete y otros dos del Ala 11 de Morón de la Frontera), dos aviones de transporte A400M del Ala 31 y un A330 del Montón 45. En su periplo solo ha habido una cadeneta roja, Rusia, que los aviones españoles, franceses y alemanes han rodeado para no entrar en su distrito.
Acto exógeno
Una de las fases más críticas del alucinación ha sido precisamente la ruta entre Alaska y Japón, en la que han tenido que recorrer muchos kilómetros sobre el agua del océano Pacífico. Para hacerlo se han buscado las rutas comerciales que sigue la aviación civil y en ocasiones se han acercado mucho al espacio ligero ruso, pero nunca lo han cruzado. Aunque el Ejército del Distinción aseguró que el gimnasia ‘Pacific Skies’ no se planteó con la intención de difundir ningún mensaje a Rusia, sino simplemente demostrar la capacidad para proyectar la fuerza y demostrar que la inversión en capacidades de las Fuerzas Armadas «es efectiva», un gimnasia de estas características siempre forma parte de la política de batalla exógeno de un país. «Cuando una fuerza de esta entidad despliega a esa zona, cualquiera puede ver un mensaje de capacidad. Y una muestra de capacidad de despliegue muestra disuasión», reconoció el militar Francisco González-Espresati, patriarca del mando ligero de combate.
«Cuando nuestras naciones trabajan juntas, somos más fuertes y estamos mejor preparados para carear los desafíos globales», reivindicó como conclusión el Ejército del Distinción una vez completada la gesta.