Dulces, patatas fritas, hamburguesas… son solo algunos de los alimentos a los que recurren muchos hoy en día. Comida rápida y ocasión que ayuda a salir de más de un apuro cuando no queda nadie en la despensa. Pero ojo, porque un estudio nuevo ha puesto sobre la mesa los riesgos de seguir esta dieta y alertan: la probabilidad de cáncer aumenta en quienes consuman a menudo comida ultraprocesada.
La investigación, publicada en la revista ‘European Journal of Nutrition’, analizó las dietas de más de 450.000 personas mayores de años en en 11 países europeos. Todos ellos participaron en la Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Avituallamiento.
El estudio demostró que las personas que consumían un 10% más de alimentos ultraprocesados que el resto tenían un 23% más de probabilidad de padecer cáncer de cuello y de comienzo.
En Estados Unidos, este tipo de productos representan cerca del 73% del suministro de alimentos. De medie, un adulto en el país norteamericano consigue más del 60% de sus calorías a través de esta dieta insalubre. “Este estudio se suma a un conjunto cada vez anciano de evidencia que sugiere un vínculo entre los UPF [alimentos ultraprocesados] y el aventura de cáncer”, aseguró la Dra. Helen Croker, directora adjunta de investigación y políticas del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer Internacional.
No es la primera investigación que destapa los riesgos de la comida rápida. Asimismo el Cleveland Clinic Journal of Medicine reveló que una dieta basada en alimentos ultraprocesados está vinculada a un 24% más de probabilidad de padecer cáncer de esófago. “En otras palabras, si los UPF contribuyen al aventura de cáncer, lo hacen en pequeña medida al contribuir a la obesidad, y en una medida mucho anciano por otros mecanismos”, explicó al canal CNN David Katz, diestro en medicina preventiva y de estilo de vida.
¿De qué está hecha la comida rápida?
Según explican desde el Centro para la Salubridad de las Mujeres Jóvenes, la comida rápida es popular por su bajo precio y su sabor adictivo. Normalmente, suele elaborarse con ingredientes más baratos como granos refinados, grasas añadidas, suspensión contenido de gordura, en vez de con ingredientes nutritivos como verduras y frutas frescas, granos integrales y proteínas magras. Estos alimentos suelen ser ricos en sodio, porque se usan como conservantes y hacen que el plato termine siendo más adictivo y satisfactorio.
“Positivamente cuando consumimos este tipo de nutriente, reincorporación en sodio, en azúcares y en grasas de mala calidad, sobre todo transaturadas lo que facilitamos es que se aumenten la segregación de ciertos neurotransmisores que lo que facilitarían es encontrarnos una sensación de bienestar, de fortuna y de plenitud”, comentó en una entrevista con torrevieja news today Noticiero el nutricionista Álex Yáñez de la Cal. Pero esa sensación de placer de la que hablaba es falsa, porque es adictivo y aumenta así el aventura de padecer enfermedades de tipo cardiovascular.
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