«Llegaron para enseñarnos a vivir»


Seydou y Adama, de Mali, Bintu de Guinea Conakry, Sara de Costa de Marfil, o Ian de Camerún han sido algunos de los pregoneros de las fiestas de Artenara (Gran Canaria), que ha contado con una propuesta muy distinta a la tradicional con protagonistas que aunque vienen de diferentes puntos del continente vecino son una «tribu» más en este pequeño pueblo canario de cumbre.

Han vuelto a reír como los otros niños, pasean por las calles del pueblo y los vecinos les saludan con cariño, van a la piscina, ya tienen su congregación de amigos en Artenara, aprenden a totalizar en bici y preparan con ilusión sus actuaciones para las fiestas…. y es que su alegría y ganas de morar ha revolucionado al pueblo más stop de Gran Canaria, que celebra la ataque de alegría de estos pequeños vecinos nuevos.

Artenara ha cubo con ellos el pistoletazo de salida a las fiestas, con un pregón a 19 voces y con seis nacionalidades. Ellos y ellas han permitido que se vuelva a reabrir una antigua escuela lugar que se cerró por yerro de alumnos, y que hoy vibra con la energía arrolladora de estos niños y niñas que han hecho de este pequeño pueblo de cumbre su hogar.

Por el momento son 19, de entre 4 y 15 abriles, y ya no solo conocen el idioma sino que poco a poco van adquiriendo el acento canario, y ya controlan las expresiones isleñas como un vecino más. El pueblo se ha volcado tanto con esta nueva tribu de 19 «hermanos» y ya no caben más juguetes y ropa en el albergue cedido por el Comunidad, «son vida», y el ejemplo de que «el mundo es uno solo».

Así lo ha expresado a torrevieja news today el corregidor de Artenara, Jesús Díaz, que aunque ya tenía pensado un pregonero para estas fiestas de La Cuevita no dudó en lanzarse a la piscina con un pregón que rompe moldes. «Sabía que podía ser complicado porque no hablan la misma germanía, son pequeños, pero ahí estaban estas 19 personitas, uno tocando el tambor, otro leyendo décimas… y el pueblo llorando de emoción con este pregón a la solidaridad».

Fue «un liza», confiesa, en el que le ha acompañado el verseador Yeray Rodríguez y los educadores del centro, que sacaron todo su talento y apego para hacerlo posible. «Son parte del pueblo, ¿por qué no hacerlos partícipes de las fiestas?», se preguntó, lanzando una idea que llenó hasta la bandera la plaza del pueblo.

«Vinieron en acogida 13 y ya son 19», ha detallado, que conviven en un albergue, antiguamente una antigua escuela, que el Comunidad puso a disposición del Gobierno canario al conocer la problemática de los menores migrantes que sufre las islas. «Ahora empezarán las clases en el colegio, y ya se han creado 8 puestos de trabajo, 6 de ellos ocupados por vecinos de Artenara» en un «revulsivo» a todos los niveles para este pueblo.

Los niños y niñas «están muy contentos», señala el corregidor, y no puede contener su alegría de entender que es así, «les hemos cubo un extensión para crecer y desarrollarse», porque han tenido vidas muy duras y tras sobrevenir por varios espacios aquí han antagónico su hogar. «Solo hay un mundo, todos somos iguales, y entre todos podemos sacarlos delante», ha celebrado.


AYUNTAMIENTO DE ARTENARA

«Estos niños llegaron a Artenara para enseñarnos a morar»

El verseador Yeray Rodríguez no dudó en cargarse este desafío al hombro cuando el corregidor, Jesús Díaz, le llamó para proponer esta posibilidad. «Le dije que sí sin dudarlo».

«En el pregón dije que estos niños llegaron a Artenara para enseñarnos a morar. Estoy convencido de eso». De Camerún, Guinea, Senegal, Mali, Costa de Marfil y Mauritania, todos han sido parte del pregón y cinco de ellos le pusieron voz al congregación.

«El liza ha sido ilustre, no manejan todavía nuestra germanía pero aprenden rápido», apunta Rodríguez, avezado de ceremonias y propulsora de esta experiencia. «Ha sido una experiencia única que siempre agradeceré. Es más lo que me llevo que lo que he sido capaz de dar».



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