cuatro detenidos por un alijo de 165 kilos de cocaína en un vuelo desde Ecuador


La colaboración policial entre Ecuador y España ha transmitido sus frutos. Tres hombres y una mujer han sido detenidos por un alijo de 165 kilos de cocaína que el jueves llegó ocultó en dos contenedores de fruta desde Ecuador al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Dos sospechosos fueron arrestados en una nave de la entrada madrileña de Moraleja de Enmedio, posteriormente de que intentaran huir, mientras que la mujer y otro hombre cayeron en una surtidor de Yuncos, una población toledana a 20 kilómetros.

El operante se puso en marcha el 14 de agosto. La Policía Doméstico de Ecuador contactó con su homónima en España para advertirle de la arribada de un avión comercial que podía arrostrar un cargamento de droga. La Dirección Doméstico de Investigación Antidrogas informó de que el revoloteo UX038 de la compañía Air Europa había despegado del aeropuerto de Guayaquil con destino al de Madrid-Barajas. Llevaba en la bodega tres grandes contenedores supuestamente con pitahaya o fruta del dragón, cuyos altos niveles de vitaminas B1, B2 y B3 ayudan a hidratar la piel y combatir las enfermedades cutáneas.

El avión aterrizó la aurora del jueves, día festivo en toda España. La Regimientos Central de Estupefacientes (Udyco) y el Servicio de Vigilancia Aduanera inspeccionaron los tres contenedores. En finalidad, dos de ellos llevaban en total 165 kilos de cocaína repartidos en 150 paquetes: uno contenía 78 y el otro, 72.

La mercancía, ya controlada por la Policía Doméstico, permaneció en un almacén temporal del aeropuerto hasta que Martín y Cristina llegaron por la mañana con una furgoneta alquilada Ford Transit, metieron el cargamento y se marcharon. Posteriormente de salir del aeropuerto, hasta tres vehículos se sumaron al convoy y realizaron funciones de lanzaderas y labores de vigilancia. Eran un Kia Stonic, un Skoda Superb y un Volkswagen Golf, seguidos muy de cerca por la Policía Doméstico.

Ya en Moraleja de Enmedio, a 40 kilómetros en coche del aeropuerto, los componentes del séquito sospecharon y se dispersaron. Entonces, la furgoneta de Martín y Cristina se dirigió cerca de Toledo por la autopista AP41, que tiene una entrada desde Moraleja de Enmedio a tan solo dos kilómetros.

Los policías además se dividieron. Unos dieron el stop a la furgoneta en una surtidor del término municipal de Yuncos y otros detuvieron a dos albaneses que presuntamente serían los receptadores de la droga. Eldist y Dorjan fueron arrestados en una nave sin actividad en un polígono industrial de Moraleja de Enmedio. Intentaron huir, pero fueron apresados en la calle Bronce de esta pequeña entrada madrileña de unos 5.000 habitantes.

Eldist y Dorjan pasaron a disposición legislativo del Curia de Primera Instancia número 22 de Madrid, mientras que la otra pareja declaró este sábado en el Curia de Primera Instancia e Instrucción nº 4: Martín, argentino y en situación irregular en España, y Cristina, española y su compañera sentimental.

Sostienen que no sabían que la mercancía contenía droga y que Martín sólo cumplió un encargo: poner en cobro un cargamento de fruta y transportarlo a Moraleja de Enmedio. Sin bloqueo, le dijeron finalmente que se lo llevara a Barcelona y lo vendiese. Para Martín, «nulo raro», porque dice que tiene una empresa de frutas y verduras, y ya había hecho más encargos.

Delante los cambios de planes, y como había invitado a Cristina a producirse unos días en Madrid, declaró que se le ocurrió acercarse a Toledo para ver el alcázar. Su pareja, en cambio, manifestó que era la segunda vez que ella iba desde Barcelona a Madrid, porque la primera fue para que la operaran en el Hospital Gregorio Marañón.

En verdad, según Cristina, fue ella la que propuso pasarse «el castillo», refiriéndose al alcázar, posteriormente de que la mujer recibiera la señal telefónica de un tercero para informarles de que volvieran a Barcelona con la mercancía. Según Cristina, Martín iba a hacer un auspicio a un cliente suyo.

Sin bloqueo, la historia no convenció a la fiscal de urbano de Illescas, que solicitó la prisión provisional para uno y otro. Los dos abogados del turno de oficio, en cambio, se opusieron porque no veían acreditados los delitos de tráfico de drogas que causan difícil daño a la lozanía y de ordenamiento criminal. Finalmente, la jueza decretó el ingreso en la mazmorra como medida preventiva.

De los otros dos detenidos en Moraleja de Enmedio, no ha trascendido su situación procesal en un caso resuelto gracias a la colaboración policial internacional: 165 kilos de cocaína han quedado fueran del mercado molesto.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *