«Entendería que diputados del PPdeG hablaran en gallego en el Congreso»


La nueva cara del PP en el Parlamento regional tiene, paradójicamente, pocas novedades, porque Alberto Pazos (Redondela, 1972) es uno de los veteranos del grupo. Afronta la recta final de la legislatura con sus propias tensiones con la oposición por la proximidad de las elecciones autonómicas y la dificultad que ello impondrá para alcanzar acuerdos y consensos en la Cámara.

—¿El traje de Pedro Puy le queda ajustado o le van a hacer uno a la medida?

—Es evidente que Pedro y yo usamos tallas diferentes y por eso para ciertas cuestiones creo mucho en los ajustes personales (risas). Le tengo un respeto enorme a Pedro, es un referente para mí, para todo el grupo. Creo que incluso para muchos diputados que no forman parte del grupo popular. Pero lo he dicho alguna vez, se me da muy mal interpretar a Pedro Puy. Por supuesto, soy bastante bueno interpretando a Alberto Pazos.

—No queda mucha legislatura. ¿Los hitos más relevantes van a ser el debate autonómico de octubre y los presupuestos?

— Eso lo decidirá la política actual y el presidente en función de cuándo convoque las elecciones, pero es evidente que lo que tenemos por delante como hitos fundamentales es el debate de política general y los presupuestos. El hecho de que estos debates de absoluta normalidad centren el escenario político en Galicia ratifica la idea que creo que comparten muchos gallegos de que somos una isla de estabilidad frente a los vaivenes que se producen en otros ámbitos políticos de este país.

«Somos una isla de estabilidad ante los vaivenes que se dan en otros ámbitos políticos de este país»

— Mañana se debatirá en el Congreso la investidura de Feijóo. Qué piensas que va a pasar?

—El Parlamento ha demostrado en los últimos años que no conviene anticipar ningún resultado, porque a todos nos hemos sorprendido en algún momento. No descarto nada. Ciertamente creo que Alberto Núñez Feijóo ha hecho lo que tenía que hacer, que era presentar su candidatura y atender la petición que le hizo el Rey. Como no podía ser de otra manera en el momento en el que nos encontramos, porque las alternativas al Gobierno de Feijóo no parecen capaces de aportar nada positivo al conjunto de los españoles en estos momentos.

—¿Va su grupo a llevar el debate de la amnistía al Parlamento de Galicia?

— Ya hemos registrado una iniciativa precisamente sobre este tema porque creo que es de interés. Más adelante los plazos y la situación política actual determinarán cuándo podremos plantear ese debate parlamentario, pero creo que está sobre la mesa porque atenta de forma muy fundamental contra la esencia misma de lo que debe ser una democracia y la igualdad de trato de todos los ciudadanos. ser. Españoles. Son pocos los ciudadanos que entienden que las personas que han cometido graves delitos contra la democracia son recompensadas de alguna manera. No es lo mismo amnistía para personas que lucharon contra una dictadura que amnistía para personas que atacaron una democracia.

“No es lo mismo amnistía para personas que lucharon contra una dictadura que amnistía para personas que atacaron una democracia”

— PSOE y BNG afirman que la historia les juzgará por votar en contra del uso del gallego en las Cortes.

—No sé por qué la historia juzgó con tanta dureza al partido que hace dos meses sostenía lo mismo que ahora el PP. Espero que la historia nos juzgue como personas coherentes y en esto tengo que hacer distintos reconocimientos. No puedo criticar al BNG por falta de coherencia, siempre ha defendido lo mismo. Tampoco se puede reprochar al PP falta de coherencia y creo que alguien que hace unos meses decía una cosa, apoyado en informes de abogados que no han cambiado, y ahora dice exactamente lo contrario, tendrá que dar explicaciones. Seamos claros, no estamos hablando de un debate de idiomas sino de qué precio está dispuesto a pagar cada uno a cambio de una silla. Para Sánchez, cualquier precio parece barato para la silla de Moncloa.

—¿Entendería que diputados del PPdeG votaran ‘no’ pero luego se expresaran en gallego en el estrado del Congreso?

—Por supuesto que lo entendería. Lo que nos parece una locura es que se tomen decisiones que afectan directamente al núcleo del debate, la esencia misma del parlamentarismo, que es facilitar los vehículos para alcanzar el mayor número de consensos posibles. Una vez tomadas las decisiones, forma parte de la libertad personal de cada persona utilizar o no los instrumentos que se ponen a su disposición. Supongo que esto también se hará dependiendo del tipo de debate, del momento político, etc. Estas cosas me hacen mucha gracia. A menudo se nos critica por tener discrepancias en la ley de divorcio y después del divorcio. Hombre, las bajadas de impuestos que hacemos nos las han echado en cara y no he visto a ningún socialista dejar de aplicarlas después, ¿no? Una vez tomadas las decisiones, la ley se aplica a todos, todos tenemos la obligación de cumplirla y la posibilidad de utilizar los instrumentos que pone a disposición de cada uno.

—No es muy coherente votar en contra de un cambio legislativo y luego aprovechar y hacer uso de ese cambio, ¿no crees?

– Esa es la ley. Hay que entender cuáles son los momentos legislativos y un tema es el momento del debate y ahí uno tiene que ser libre de actuar en conciencia como cree que debe actuar. Y después del debate hay que ser fiel a cuál es el acuerdo mayoritario que se ha tomado. La ley es ley para todos. Me parece un debate muy peliagudo. No es cierto que estemos debatiendo sobre idiomas sino sobre concepción política. No es cierto que esto busque la pluralidad. Lo que buscan el nacionalismo y el independentismo es transmitir un mensaje internacional que nos vienen hablando desde hace demasiado tiempo -en mi opinión- de un Estado Plurinacional, de la confluencia de muchos estados dentro de un Estado y eso no es cierto. En Galicia defendemos la cordialidad lingüística y el libre uso de los ciudadanos de cualquiera de las dos lenguas gallegas. Otros insisten mucho en que se respete su lengua pero atacan constantemente a uno de ellos. Me gustaría que la señora Pontón defendiera algún día en este Parlamento el derecho de cualquier ciudadano a utilizar el español con la misma cordialidad con la que defendemos el gallego.

—El domingo pasado Valentín González Formoso afirmó que la extrema derecha ya está en el gobierno de Galicia.

— Entiendo que llevan mucho tiempo intentando caricaturizar al Gobierno gallego. Esto es producto de la frustración de haber estado alejado de la voluntad del apoyo mayoritario de los gallegos durante casi década y media, y entiendo que eso puede producir frustraciones. Hombre, lamento que personas que presumían de tener un talante moderado digan este tipo de barbaridades.

—¿Quién cree que será el candidato del PSOE a la Xunta?

—Ese al que supongo que la dirigencia nacional le apunta un trabuco. Es obvio que nadie quiere. Son conscientes del enorme descrédito y debilidad que tiene el PSOE entre los gallegos. En la mejor de las perspectivas le servirán de bastón a Ana Pontón. Eso no es muy atractivo, ¿verdad? Y eso en el mejor de los casos, porque son muy conscientes de que el próximo presidente de la Xunta tras las elecciones se llamará Alfonso Rueda.

«Nadie quiere ser candidato del PSOE a la Xunta. En la mejor de las perspectivas, le servirán de bastón a Ana Pontón.

—¿Habrá dictámenes de la comisión de ahorro y financiación?

—El problema es que algunos han escrito ciertos dictámenes antes de que se realicen las comisiones y entonces es muy complicado. En la recta final de una legislatura la posibilidad de llegar a acuerdos es más difícil que en otros momentos, porque ahora priman las estrategias electorales, pero no hemos renunciado a que en lo que queda de legislatura nos esforzamos por alcanzar acuerdos en cosas que afectan directamente a los gallegos. Creo que la financiación es fundamental. Debería estremecer a cualquiera que hable de un perdón de 71.000 millones de euros a Cataluña. Han cuantificado su deuda histórica en 450 mil millones, es decir el PIB de Noruega. ¿Pero quién les debe? Eso va a salir del bolsillo de todos los españoles y entre esos están los gallegos.

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