Una neuroprótesis y la inteligencia artificial permiten a un paciente de ELA ‘recuperar su voz’: “Lloró de alegría”


Nuevos sensores implantados en el cerebro de un hombre con un trastorno serio del acento oportuno a la atrofia pegado amiotrófica (ELA) por investigadores del UC Davis Health han posibilitado ver cómo el hombre fue capaz de comunicar su intención a los pocos minutos de activar el sistema. Se negociación de un estudio publicado en el ‘New England Journal of Medicine’, precisa ‘SINC’.

La ELA, que asimismo es conocida como enfermedad de Lou Gehrig, afecta a las células nerviosas que se encargan de controlar el movimiento de todo el cuerpo. La enfermedad lleva a una pérdida sucesivo de la capacidad de pararse, caminar y usar las manos. Igualmente puede ocasionar que una persona pierda el control de los músculos que se utilizan para cuchichear, lo que lleva a una pérdida del acento.

Restaurar la comunicación

La nueva tecnología pretende restaurar la comunicación de las personas que no pueden comunicarse oportuno a la parálisis o a afecciones neurológicas como la ELA. Para esto, puede interpretar las señales cerebrales cuando la persona intenta cuchichear y las convierte en texto, que se transmite en voz reincorporación por ordenador. “Nuestra tecnología BCI ayudó a un hombre con parálisis a comunicarse con amigos, familiares y cuidadores“, explica David Brandman, co-autor principal del estudio. “Es la neuroprótesis del acento más precisa en la vida reportada”, señala el investigador.

Para desarrollar el sistema, el equipo inscribió a Casey Harrell, un hombre de 45 abriles con ELA, en el opúsculo clínico ‘BrainGate’. Cuando participó, Harrell presentaba cariño en los brazos y las piernas (tetraparesia). Adicionalmente, su acento era muy difícil de comprender (disartria) y necesitaba que otros le ayudaran a interpretarlo.

En julio del año 2023, el investigador Brandman implantó el dispositivo BCI en Harrel. Lo hizo colocando cuatro matrices de microelectrodos en la circunvolución precentral izquierda, una región del cerebro que es responsable de coordinar el acento. Las matrices están diseñadas para registrar la actividad cerebral de 256 electrodos corticales. “En realidad estamos detectando su intento de mover sus músculos y cuchichear“, explicó el neurocientífico Sergey Stavisky, coinvestigador principal del estudio.

“Estamos grabando desde la parte del cerebro que está tratando de dirigir estos comandos a los músculos. Básicamente escuchamos eso y traducimos los patrones de actividad cerebral a un fonema, como una sílaba o la dispositivo de oración, y luego las palabras que están tratando de proponer”, explica Stavisky.

eliminar el ruido eléctrico que se genera en el cerebro durante el acento

Nicholas Card, primer autor del artículo, cuenta a ‘SINC’ cómo el nuevo sistema BCI es capaz de eliminar el ruido eléctrico que se genera en el cerebro durante el acento: “Hay dos tipos de ruido en las señales neuronales con los que tiene que guerrear el BCI, por un flanco el ruido eléctrico y, por otro, señales neuronales. Nuestro dispositivo esta diseñado específicamente para ser resistente al ruido eléctrico transitorio mediante un complicado mecanismo de algoritmos y un tipo especifico de red neuronal”.

“Adicionalmente, BCI es resistente a señales neuronales no relacionadas con el acento. Por ejemplo, el dispositivo no descodifica accidentalmente cosas que está escuchando en una sala con más personas, cuando el paciente no está intentando cuchichear. Siquiera interpreta accidentalmente sus toses, bostezos o estiramientos de mandíbula como acento”, señala el investigador.

“La primera vez que probamos el sistema, lloró de alegría cuando las palabras que estaba tratando de proponer correctamente aparecieron en la pantalla. Todos lo hicimos”, cuenta.

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