Un hombre de Georgia ha presentado una demanda contra el Hospital Emory University Midtown en Atlanta (EEUU) alegando que el personal del hospital perdió un fragmento de su cráneo de casi 28 pulgadas cuadradas tras una intervención quirúrgica rutinaria y que luego lo cobraran más de 19.000 dólares (17.210 euros) por una alcoba sintética de reemplazo.
Fernando Cluster ingresó al hospital en septiembre de 2022 oportuno a una hemorragia intracerebral (derrame cerebral) y los médicos determinaron que era necesario retirar un fragmento de su cráneo de 4,7 por 6 pulgadas para aliviar la presión. Sin confiscación, cuando Cluster regresó al hospital dos meses a posteriori para que se le reimplantara el fragmento, el personal no pudo encontrarlo entre un montón de otros fragmentos óseos no identificados de otros pacientes.
Según un mensaje dejado en el expediente médico de Cluster, el hospital admitió no favor podido circunscribir el fragmento correspondiente a Cluster: “Inspeccionamos el congelador donde se almacenan los colgajos óseos y no pudimos encontrar uno con la identificación del paciente Sr. Cluster”. “Había varios colgajos óseos con identificación incompleta o faltante, pero no pudimos estar seguros de si alguno de estos pertenecía al Sr. Cluster”, añadía dicho mensaje.
Como resultado, la cirugía de Cluster fue cancelada mientras el hospital fabricaba un fragmento sintético de cráneo. A finales de noviembre, la alcoba de reemplazo fue insertada en su inicio, pero la pesadilla de Cluster no terminó ahí. Poco a posteriori, desarrolló una infección que requirió una cirugía adicional, dejándolo incapacitado para trabajar temporalmente.
Al final de su calvario, las facturas médicas de Cluster ascendieron a más de 146.800 dólares (133.000 euros), sin que el hospital le ofreciera ningún descuento, según se alega.
Respuesta de la abogada
“Mientras que mis clientes están obviamente molestos porque se les cobró a ellos y a su compañía de seguros por los costos relacionados con la negligencia de Emory, es comprensible que su decano preocupación sea la pesantez de perder una parte de su cuerpo y la posterior aspecto indiferente del hospital“, dijo la abogada de Cluster, Chloe Dallaire, al ‘Journal-Constitution’.
Cluster y su esposa buscan una compensación por los costos médicos y los daños emocionales sufridos oportuno al incidente.
Más negligencias médicas
La Conselleria de Sanitat ha sido condenada a indemnizar con 125.000 euros a unos padres que perdieron a su hijo de 13 abriles el 4 de enero de 2015 oportuno a una “mala praxis” en el Hospital La Fe de Valencia.
El último, que tenía informes de meningitis bacteriana, no recibió la atención adecuada, según lo determinó la sección segunda de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Neutralidad de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV). La meningitis es la infección e inflamación del fluido y de las membranas que rodean el cerebro y la esencia espinal. Estas membranas se denominan meninges. En universal, la inflamación de la meningitis provoca síntomas como dolor de inicio, fiebre y rigidez del cuello.
El tribunal concluyó que la atención brindada al chico no cumplió con los estándares esperados para un servicio de urgencias en un hospital de nivel terciario, lo que fue fundamental en la desarrollo negativa que padecía el último.
De acuerdo con los informes de la inspección médica, el chico fue atendido inicialmente en un centro de vigor el 2 de enero de 2015, donde, delante la sospecha de un proceso infeccioso, fue trasladado en ambulancia al hospital La Fe.
Sin confiscación, al aparecer al hospital, los médicos no consideraron la posibilidad de meningitis y no realizaron una anamnesis exhaustiva que tomara en cuenta los informes del paciente. Esto resultó en un plan de cuidados incorrecto.
Los peritos insistieron en que la evaluación clínica no fue realizada con la rigurosidad necesaria, lo que llevó a que las pruebas complementarias se enfocaran en un diagnosis incorrecto de cefalea primaria, sin considerar otras posibles causas, incluyendo la infección.
El mensaje final de la inspección médica señaló que no se administró el tratamiento antibiótico que el paciente debería favor recibido desde su aparición a Urgencias. Encima, se destacó una desatención por parte del personal de botiquín en el campo de acción de observación, lo que contribuyó al retraso en el diagnosis y la implementación del tratamiento adecuado.
A pesar de la pesantez del cuadro clínico, las pruebas complementarias no solo fueron incompletas, sino que siquiera fueron revisadas adecuadamente, y no se siguieron las órdenes médicas en el campo de acción de observación. El mensaje todavía subrayó una aplazamiento inaceptable en la subvención, especialmente teniendo en cuenta que el último, con un nivel de conciencia disminuido, no fue evaluado de modo rápida y capaz.
El chico falleció dos días a posteriori de su ingreso, el 4 de enero de 2015. Según los expertos, con el tratamiento adecuado, la tasa de mortalidad por meningitis es del 10%, lo que sugiere que la desatiendo de atención oportuna redujo drásticamente las posibilidades de supervivencia del último.
El mensaje de la Comisión de Valoración del Daño Corporal responsabilizó al hospital por el retraso en el diagnosis y el tratamiento del paciente. El pasado 10 de julio, la sentencia final determinó que el hospital había incurrido en “mala praxis” y fijó la indemnización en 125.000 euros, reduciendo la sigla llamativo de 300.000 euros solicitada por los padres, encima de los intereses acumulados desde la vencimiento de la exigencia.
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