«¿Un huevo frito o dos?»


Delirar medio siglo en el tiempo es posible. En Huércal de Almería, cercano a la renta almeriense se encuentra el bar Santa María, un establecimiento que desde hace cincuenta abriles tiene sus puertas abiertas. Situado en la N-340, hasta la construcción de la autovía, era emplazamiento de paso obligado por todos los vehículos que iban en dirección a Proyectil o Murcia.

Este bar al punto que ha cambiado, sus propietarios ya mayores son tres hermanos, los Cantón, que siguen ofreciendo el mismo menú de ayer. Ahora ya no se paran viajantes que iban de ruta, pero son muchos los almerienses y curiosos que deciden ir para disfrutar de una comida artesanal, prácticamente kilómetro 0.

El establecimiento mantiene la estética de los abriles setenta, con una mostrador y columnas forradas en madera, sillas de formica, manteles de papel, suelo de terrazo y ventiladores en el techo. Prácticamente no hay nadie en la provincia que no conozca este bar, en ocasiones denominado como «el de los tontos o los feos». No sé sabe si es por el atuendo de los tres hermanos o por su menú primordial que se podría manducar en cualquier casa.

Hace al punto que unos días, el influencer gastronómico Pablo Briones ha hecho una publicación sobre este bar y lo que más le ha llamado la atención ha sido el menú. «Delirar a los 70 a un bar regentado por tres hermanos que ofrecen el mismo menú desde hace 50 abriles. Llegas, ¿un huevo frito o dos?, a posteriori te dejas padecer y van trayendo cosas: embutidos (puede ser frito), habas, anca, ensalada de tomate y patatas fritas. ¿Para qué cambiar las cosas que funcionan? No se necesita más para ser eficaz!», recoge su publicación en X.

Este bar hace las delicias de los amantes de los huevo fritos. Un producto que procede de las gallinas de los propietarios, ya que la vivienda se encuentra puntual detrás del establecimiento. Patatas, pimientos, anca, entredos y caldo de la tierra, son algunos de los manjares básicos que se pueden degustar.

Respecto a la cuenta final son muchas las críticas. Si acertadamente hay visitantes que dicen que por al punto que 15 euros comes, hay otros muchos que critican el precio elevado por un menú con escasa elaboración que para dos personas puede demorar hasta los 50 euros.

Su horario es congruo limitado de 14:00 a 16:00 horas. Hay que advertir que no cuentan con suscripción con polímero. El tópico se mantiene tal y como se puso en marcha en los abriles 60. Un emplazamiento pintoresco con comida simple, pero de buena calidad.



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