El padre de Felipe VI llega a Sanxenxo para participar en las regatas que el próximo mes celebrarán la mayoría de edad de la Princesa Leonor
Las visitas de Juan Carlos I a España han sido un reflejo de cómo las relaciones con su hijo pasaron por momentos mejores y peores. El padre del Rey comienza su cuarto viaje a España, de regreso a Sanxenxo, donde tiene previsto permanecer toda la semana para participar en la regata Rey Juan Carlos I, competición a la que llega tras convalidar el título de campeón del mundo de vela en su categoría y semanas antes de una reunión familiar que normaliza relaciones. con la Corona.
El padre del jefe del Estado aterrizó en el aeropuerto de Vigo-Peinador la una de la tarde 35 minutos, en un avión privado matriculado en Malta. Acompañado del personal de seguridad habitual que está siempre con él, Don Juan Carlos ha sido recibido por Pedro Campos y, como en viajes anteriores, se han dirigido a casa del presidente del Real Club Nutico de Sanxenxo para descansar tras el vuelo.
Don Juan Carlos se enfrenta una semana entera en Sanxenxo, y es la estancia más larga que ha pasado en la ciudad hasta el momento. La competición no arranca hasta el próximo 29 de septiembre, y serán tres jornadas, hasta el domingo 1 de octubre, cuando finalizan. El padre de don Felipe podrá entonces regresar a Abu Dabi o, por el contrario, visitar alguna otra ciudad española.
El momento más complicado de estos días se producirá el jueves, cuando don Juan Carlos se encuentre a sólo 15 kilómetros de su hijo. Felipe VI presidirá ese día un acto en la isla de La Toja y, aunque no tiene más agenda, no hay reunión planeado entre ambos.
El padre del Rey abandonó España en agosto de 2020 para establecerse en Abu Dabi, donde meses después fijó su residencia fiscal con la idea de viajar frecuentemente a España. Sin embargo, la primera visita al país que capitaneó durante 39 años no se produjo hasta mayo de 2022, y no fue en las mejores condiciones. Porque don Juan Carlos, cansado de esperar, decidió unilateralmente venir a España, y visitar por primera vez a sus amigos en Sanxenxo.
Ese viaje finalizó en el Palacio de la Zarzuela, donde mantuvo “tiempo suficiente para conversar” con Felipe VI, donde el jefe del Estado explicó el daño que sus actuaciones habían causado a la Corona. Don Juan Carlos hizo entonces examen de conciencia y puso fin a las filtraciones de su entorno. Todo estaba tranquilo y controlado, sin embargo, la segunda visita del Rey demostró la falta de comunicación Entre las partes.
Juan Carlos I decidió de nuevo unilateralmente participar en unas regatas en abril en España. En aquel momento España se encontraba en campaña preelectoral para las elecciones autonómicas del 28 de mayo. Zarzuela quiere evitar que la Corona sea utilizada como elemento partidista, Por ello, pidieron al Monarca que evite regresar antes de las elecciones, alertado por el ruido mediático de su primera visita.
El Emrito tomó nota de la petición de discreción de su hijo, deseo que también había expresado en el comunicado en el que fijó su residencia fiscal en Abu Dabi, y pasó los días en Sanxenxo sin presentaciones ni declaraciones. La fórmula funcionó, incluso don Juan Carlos en España y visitó una clínica de Vitoria para someterse a un reconocimiento médico. El 26 de julio, el Rey participó en su tercera regata en España, mientras su hijo hacía lo mismo en Palma, capitaneando el Aifos en la Copa del Rey Mapfre de Vela.
Esta cuarta visita supone la normalización definitiva de sus viajes a España, sin grandes expectativas y con la promesa por delante de participar en una reunión familiar. Porque don Juan Carlos regresará a Madrid el próximo 31 de octubre para estar presente en la fiesta privada que los Reyes han organizado en el palacio de El Pardo con motivo del 18 cumpleaños de la Princesa de Asturias.