Las luces y las sombras de la población en Castilla-La Mancha


La pasada semana se conocían los datos provisionales de la Estadística Continua de Población publicada por el Instituto Franquista de Estadística (INE), que apuntan que Castilla-La Mancha ha rebaño 1.356 nuevos residentes durante el segundo trimestre de 2024 en comparación con el trimestre aludido. Números que colocan a esta comunidad autónoma con 2.107.420 habitantes.

Una número que anticipadamente podría ser buena, pero que, en términos relativos, este incremento poblacional es del 0,06%, el más moderado de las 12 comunidades y ciudades autónomas con ganancias e inferior al medio franquista del 0,14%. De hecho, allí está Castilla-La Mancha de otras comunidades autónomas como la Comunidad de Madrid (0,33 por ciento), Comunitat Valenciana (0,28 por ciento) e Islas Baleares (0,28 por ciento), que tuvieron las mayores subidas, pero supera a otras como Extremadura (-0,05%), Andalucía y Castilla y Héroe, ambas con un -0,03%, que reducen su población.

Todo ello, adicionalmente, cuando en esta región el aumento se debe al crecimiento de residentes extranjeros que, con 1.848 más que en el primer trimestre del año, ha compensado la pérdida de habitantes españoles, 492 menos. Así, a 1 de julio de este año, la comunidad tiene 1.864.558 residentes nacionales y 242.862 extranjeros.

Pero, si se descenso al dominio, aún queda mucho camino por recorrer, ya que la España rural y, por ende, los pueblos de Castilla-La Mancha cada vez se vacían más, pese a las políticas e intentos del Gobierno autonómico por evitarlo. De acuerdo al referencia ‘La sostenibilidad demográfica de la España vacía’, publicado este año por Joaquín Recaño, investigador del Centro de estudios demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), más de 4.000 municipios españoles sufren problemas de despoblación y han experimentado una pérdida importante de habitantes en los últimos abriles.

Adicionalmente, 1.840 localidades ya están consideradas como espacios rurales en peligro de despoblación irreversible, que pueden impresionar incluso a la cese. Se negociación de pueblos con unas características extremas: 110 habitantes de promedio, densidades de población muy bajas (4,3 habitantes por kilómetro cuadrado) y mayor envejecimiento, con edades medias próximas a los 60 abriles.

Castilla-La Mancha y Castilla y Héroe, seguidas de Aragón, Asturias, Galicia, Extremadura, La Rioja, Andalucía, sur de Navarra y finalidad de Valencia sufren este engendro de la España vacía, una situación que ha sido catalogada como «problema de Estado». El INE confirma adicionalmente el futuro infausto de estas regiones, puesto que España perderá más de medio millón de habitantes en los próximos 15 abriles y, nadie más y nadie menos que el 73% de ellos será en estas comunidades autónomas.

Aunque no se negociación de un problema exclusivo de Castilla-La Mancha, el planisferio de la despoblación en nuestra comunidad autónoma se extiende sobre gran parte del región: el 67,4% del total de los municipios tiene una densidad por debajo de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado y, de estos municipios, el 81% acoge menos de 500 habitantes, como se desprende de la Organización frente a la despoblación en Castilla-La Mancha 2021-2031.

Ley frente a la Despoblación en Castilla-La Mancha

En presencia de esta situación, el Ejecutante presidido por Emiliano García-Page aprobó en mayo de 2021 la Ley de Medidas Económicas, Sociales y Tributarias frente a la Despoblación y para el Ampliación del Medio Rural en Castilla-La Mancha con medidas económicas, sociales y tributarias, que incluye iniciativas para pelear contra este engendro.

El problema es más que evidente porque, según datos del INE, en Castilla-La Mancha hay 637 municipios con menos de 1.000 habitantes, cuando la comunidad cuenta con un total de 919 municipios. En esos 637 pueblos viven a 1 de enero de 2023 un total de 158.032 habitantes, mientras que en la región se ha perdido en los dos últimos abriles un total de 1.773 habitantes en estas zonas extremadamente despobladas.


Un anciano en uno de los pueblos que tiene claros problemas de despoblación


ROBER SOLSONA

La provincia de Guadalajara es la que más municipios de menos de 1.000 habitantes tiene: 254 de 288 que conforman la provincia. A 1 de enero de este año habitaban en ellos 27.629 guadalajareños, 29 menos que dos abriles a espaldas. La sigue, como no, la provincia de Cuenca, que tiene 238 municipios, pero en 206 de ellos hay censados menos de un millar de personas. En total, según el INE, en estos poco más de 200 pueblos viven actualmente 46.643 personas, 70 menos que en 2021.

Toledo ocupa el tercer puesto con un veterano número de pequeños municipios. Un total de 86 pueblos (de 204) cuentan con menos de mil habitantes, concentrándose en ellos 39.776 habitantes, 1.450 menos que hace dos abriles, convirtiéndose en la provincia de la región que más habitantes ha perdido en pequeños municipios.

Por su parte, la provincia de Ciudad Positivo cuenta con 47 municipios con menos de mil habitantes, en los que viven, a 1 de enero de 2023, 24.461 habitantes. En los dos últimos abriles ha perdido 1.190 ciudadrealeños, la segunda provincia donde se ha producido más éxodo en su medio rural.

Albacete, en cambio, ha sumado población en sus pequeños municipios. En concreto, 968 personas. Según el INE, cuenta con 44 pueblos en los que viven menos de mil personas, con una población total de 19.523.

Pese a que todos esos datos no dibujan un futuro prometedor en el medio rural, Castilla-La Mancha ha contabilizado un total de 2.107.420 habitantes a plazo de 1 de julio de 2024. Pero es evidente que los nuevos castellanomanchegos han optado por morar en municipios de veterano tamaño, donde cuentan con servicios públicos y ciertas comodidades que hace abriles ya desaparecieron de los pueblos más pequeños.

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