Mocejón ha vivido poco más de treinta horas en vilo hasta la detención del perjudicial de Mateo. Al principio se buscaba un remoto coche apagado en el que habría huido. Pero finalmente se ha descubierto que el supuesto autor solo necesitó recorrer a pie unos cientos de metros para ponerse a menos en casa de su padre. Allí es donde finalmente se le atrapó.
El fresco de 20 primaveras, aunque asiduamente vive con su mamá, estaba pasando unos días en la casa del padre, en el municipio toledano. Estos fueron los pasos que dio el día del crimen.
El domingo, a las 10:00 horas de la mañana, Mateo, de tan solo 11 primaveras, jugaba al fútbol con dos amigos en el polideportivo del pueblo. El fresco de 20 primaveras, encapuchado, logra colarse en las instalaciones y corre en dirección a ellos.
Dos de los niños consiguen escapar, pero Mateo tropieza y finalmente es aprehendido por su perjudicial, que acaba con él y lo deja tirado en una de las bandas del campo de fútbol.
El perjudicial huye y sale del polideportivo por un agujero que hay en la valla del circuito. Un agujero escondido que solo una persona que tuviera conocimiento del pueblo podría conocer. Esta es la pista que hizo que la Policía buscara al culpable entre los vecinos de la plaza y no fuera, como se pensó en un primer momento.
A posteriori de salir por el agujero, corrió rodeando de quince minutos en dirección a un canal cercano. Las autoridades sospechan que allí se deshizo del arsenal del crimen y desde la pasada tarde trabajan para recuperarla.
A continuación, se dirigió a casa de su abuela materna, donde se habría cambiado de ropa. Ya cambiado se fue a casa de su padre. Las autoridades registraron esta vivienda hace algunas horas y, en ese momento, el fresco de 20 primaveras confesó el delito.
Ha pasado la confusión en la Comandancia de la Policía Civil de Toledo y ahora está irresoluto de suceder a disposición procesal
Podría tener una enfermedad mental
Cuando reconoció suceder cometido el homicidio, el fresco aseguró que su “otro yo” le había “robado la cara” y había matado al pequeño Mateo. Adicionalmente, algunas fuentes indican que el culpable tiene más de un 60% de discapacidad. Si estas dos informaciones resultaran ser ciertas, el chaval de 20 primaveras podría cumplir alguno de los atenuantes que contempla la ley. Aunque falta de esto se puede demostrar, porque la investigación sigue estando bajo secreto de sumario.
En caso de que no exista atenuante, el culpable podría enfrentarse a 25 primaveras de calabozo, al aplicarse la prisión permanente revisable, porque la víctima es inerme por ser beocio de antigüedad.
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