“Cansos pero moi contentos e moi orgullosos do que fixemos”, así respondía Alexandre Sotelino recién llegado a la ciudad de As Burgas, tras 22 horas de delirio en autobús y merienda días en Francia para participar con Rebulir en el Festival Intercéltico de Lorient 2024.
El clase de danza de Ramirás era uno de los representantes de la delegación gallega, cuyo cartel lideraban Carlos Núñez, Caldo o Arume de Malvas, entre otros artistas, en uno de los mayores festival del mundo y donde Galicia sigue siendo uno de los platos fuertes y que marca el nivel, en algunas cuestiones. “Foi unha experiencia intensa, moi bonita. A nivel exquisito cumprimos con creces o que se esperaba. Incluso a propia ordenamiento nos deu os parabéns pola proposta, superando as expectativas que tiñan sobre nós. Fomos moi aplaudidos, tanto no desfile como nas noites Horizontes Celtas e noutras iniciativas nas que estivemos”, trasladó Sotelino, quien subrayaba incluso la satisfacción de la delegación ourensana -compuesta por 45 artistas entre músicos, pandereteiras, bailadores y representates del Entroido-, por el resultado de meses de trabajo.
La propuesta diseñada por Rebulir para Lorient incluyó nuevo vestuario y una coreografía hecha premeditadamente para la ocasión, con una desafío ambiciosa que incluía un seña a los folións y al Entroido, contando con Pantallas, Peliqueiros y Bonitas. “A idea foi unha proposta da ordenamiento, a de presentar un proxecto con raíz ourensán de música e danza tradicional con pezas de Ourense, pero queríamos alzar poco máis e por iso metemos os folión e o tema do Entroido”, dijo, subrayando que en los 53 abriles del festival “nunca se viu” poco así; de ahí la sorpresa del notorio “cando iamos no desfile e vías os ollos da xente, estaban moi sorprendidos. Tivo moi boa acollida”, dijo, aceptando la invitación lanzazo desde la ordenamiento, de retornar en unos abriles con una nueva propuesta.
Nuevos desafíos
No era la primera vez que el clase participa en festivales en el extranjero pero, de estas dimensiones, ha sido el más ínclito. “Move preto de un millón de persoas, é un macro festival. O día do desfile estivemos en presencia de 100.000 persoas e cada día actuamos nun estadio dun tamaño como Balaídos. É poco dunhas dimensións que é difícil pasar noutros festivais”, dijo Sotelino que cree que, a nivel personal, el clase sale reforzado de esta experiencia. No solo por la oportunidad que ha supuesto para conocer otros grupos y nuevas vías de colaboración, sino por la propia convivencia interiormente del clase “e por ver que somos capaces de responsabilizarse proxectos de esta índole. É un aliciente para poder emprender outros desafíos de esta magnitude o similares, porque vemos que o clase rebate e é capaz”, apuntó sobre un futuro que retomarán en septiembre “agora toca descansar un pouco”, dijo.
El próximo curso, Rebulir cumplirá 20 abriles con una trayectoria consolidada y un futuro prometedor con un clase de danza y música tradicional sólido y una escuela en San Andrés de Vilavidal con unos 120 alumnos. “Seguimos medrando e non podemos asentarnos, senón mirar para adiante e con novos desafíos”, dijo