En julio de 2021, el Servizo Galego de Saúde (Sergas) dio un «brinco de calidad» –en palabras del preliminar conselleiro, Julio García de Comesaña– con la adquisición y puesta en marcha de siete robots Da Vinci, unos de los equipos de cirugía robótica más avanzados del mercado. Se instaló uno en cada campo de acción sanitaria, y ahora, tres primaveras luego, ya son más de 5.000 los pacientes que se han presbítero de esta tecnología. Así lo informó este martes la Xunta en un comunicado difundido a los medios detallando el uso de este abastecimiento hasta la data, que no solo aumenta la precisión y la destreza de los cirujanos a la hora de efectuar, sino que asimismo reduce la dificultad en el camino a zonas complejas y facilita la visibilidad gracias a su visor 3D.
Los robots Da Vinci fueron instalados para la cobertura de diversos servicios, como las cirugías torácicas, genérico y digestiva; obstetricia, otorrinolaringología, cirugía pediátrica y urología, siendo esta la primera que empezó a funcionar, de forma simultánea en las siete áreas sanitarias. De estas especialidades, con datos del pasado 2 de julio, urología fue, precisamente, el servicio en el que se realizaron el maduro número de intervenciones, con 2.053 –esto es, cerca del 40 por ciento del total–. A este, lo siguen los servicios de cirugía genérico y digestiva (con 1.994), obstetricia (475), cirugía torácica (345), otorrinolaringología (96) y, finalmente, una única intervención de cirugía pediátrica. En total, fueron 5.216 las personas que, en estos tres primaveras, se beneficiaron de su implantación.
Vigo, a la persona
Por áreas sanitarias, la de Vigo es, con mucha superioridad, la que acumula el maduro número de cirugías robotizadas realizadas con este abastecimiento al suspensión del primer semestre de este año, con 1.377 intervenciones –poco más de una cuarta parte del total–. La segunda, es el campo de acción de La Coruña-Cee, con 891; seguida de la de Ferrol, con 830; la de Santiago de Compostela-Barbanza, con 736; la de Lugo-A Mariña-Monforte de Lemos, con 603; la de Pontevedra-O Salnés, con 425; y, por final, el campo de acción sanitaria de Orense-Verín-O Barco de Valdeorras, con un total de 345.
La adquisición y puesta en funcionamiento de los siete robots Da Vinci, que supuso una inversión de 56 millones de euros, es una puesta más de la sanidad gallega por incorporar y servirse los avances tecnológicos que van apareciendo en el sector. De hecho, tal y como indican desde el ejecutante autonómico, las intervenciones robotizadas presentan una gran superioridad frente a las cirugías tradicionales, «ofreciendo una maduro precisión, una progreso en el camino a zonas complejas y una mejor visualización gracias a la visión 3D reconstructiva». Virtudes, indican, que se traducen en una maduro seguridad y calidad tanto durante como luego de las intervenciones. Permite, a su vez, «una recuperación más rápida de los pacientes», reduciendo tanto el tiempo en las estadías como el dolor en el postoperatorio.
Todo ello, adicionalmente, repercute de forma positiva no solo en los profesionales sanitarios, sino asimismo en los propios hospitales. Se reducen las transfusiones de raza y las complicaciones durante las intervenciones, progreso el rendimiento de los quirófanos y, al reducirse el tiempo medio de permanencia, hay una último ocupación de las camas disponibles. Es, en definitiva, un paso más en dirección a la medicina del futuro que en la Comunidad ha supuesto una progreso considerable tanto de la calidad como de la seguridad en las intervenciones por cirugía laparoscópica.