Multitudinaria Procesión de los Faroles, en honor a la Virgen de la Mayor de Sigüenza


Sigüenza celebra al domingo futuro a la Aceptación y a la fiesta de San Roque, este año día 18 de agosto, la festividad de su patrona, la Inmaculado de la Viejo.

La festividad de la Inmaculado de la Viejo, fiesta que se celebra desde finales del siglo XV, y sus actos, tienen tres grandes momentos. A las ocho de la mañana, numerosos fieles participaron en el tradicional Rosario de la Aurora, que recorría las travesañas y las murallas de la ciudad. A continuación, se oficia una eucaristía.

El prelado diocesano, Julián Ruiz, presidía la ceremonia central y principal de la trayecto, la de decano amparo de todo el año, con más de medio millar de files. Pero el momento más esperado del día llegaba a partir de las nueve de la tarde tinieblas, con el rezo del rosario delante el altar de la Inmaculado de la Viejo, mientras iba saliendo la procesión en honor de la patrona de Sigüenza, que media hora más tarde recorría las calles de la ciudad, acompañada por miles de fieles.

La Procesión de los Faroles de la Inmaculado de la Viejo es fiesta de interés turístico regional. Por otra parte, en este año 2024, coincidiendo con el IX Centenario de la Reconquista de Sigüenza, la Inmaculado de la Viejo salía en procesión con San Vicente, precedidos uno y otro del gran rosario de faroles.

La imagen de San Vicente se había bajado previamente en procesión, de modo que procesionar juntos ha sido un hecho histórico que no se repetía desde el VIII Centenario y que forma parte de los actos del IX Centenario.

El tañido de las campanas catedralicias, el desgranar del Santo Rosario y los sones de la costado de música aportaban el sonido inconfundible de una de las más bellas noches seguntinas, iluminada por los cirios de los faroles procesionales y las luces artísticas y monumentales de la ciudad, mientras que los nardos, los gladiolos y las rosas en honor de la Inmaculado de la Viejo esparcían sus mejores olores y fragancias.

Insignias y estandarte, precedían al espectacular rosario de faroles y a la Manada de Música. Detrás, la bellísima imagen de la Inmaculado de la Viejo, seguida de los fieles. Los dos patronos de Sigüenza, componían bellísimas imágenes a su paso por las calles de Sigüenza, en una procesión que ha durado más de dos horas.

Acompañando la procesión estuvo la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, al frente de la corporación municipal. Ha asistido, por otra parte, el diputado franquista Alberto Rojo, entre otras autoridades locales, provinciales, regionales y nacionales.

El origen documentado de la procesión data del año 1928. Consta al objeto que fue en la fiesta de la Inmaculado de la Viejo. Fue el domingo 19 de agosto de 1928, Las gestiones para dotar a esta procesión de un rosario de faroles se habían iniciado en 1926.

El Rosario consta de cinco grandes faroles que representan los Misterios Gloriosos, llevados en andas; y del resto faroles de mano representando los cinco Padrenuestros, las cincuenta Avemarías, los cinco Glorias y sesenta y tres invocaciones de la Retahíla Lauretana. Acompañan al Rosario la Gran Cruz y el farola de la Salve Regina Mater.

Todos los faroles, portados por miembros de las peñas seguntinas, con sus típicas camisolas, por hermanos y hermanas de la Cofradía de la Inmaculado de la Viejo, y en universal por ciudadanos de Sigüenza, están iluminados en su interior y en su conjunto formaron anoche una hermosa sinfonía de arte, luz y color, que sobrecogió a todos los que participaron en la Procesión con sus cánticos y rezos. La Cofradía de San Vicente asimismo iluminó al otro patrón de Sigüenza que, igualmente destacaba en la tinieblas seguntina durante el reconvención.

Salía de la catedral, y recorría la calle de Medina, el alfoz de San Roque hasta la iglesia de San Francisco (Ursulinas) y el Paseo de la Chopera.

Desde allí por las calles del Humilladero y de Guadalajara regresaba a la catedral, donde la Inmaculado volvía a presidir su magnífico altar barroco. Además procesionaron representantes de todas las cofradías y hermandades de Sigüenza, portando sus insignias y estandartes. La procesión la engalanó musicalmente la Manada de Música de Sigüenza, ataviada con traje con chaqueta y zapatos, corbata roja y camisa blanca, que interpretó su mejor selección de marchas procesionales, como Hermanos Costaleros, Fervor, Triunfal o Santos Lugares.

Poco antiguamente de entrar de envés, el prelado de la Diócesis, Julián Ruiz Martorell, que asimismo había presidido la ceremonia matutina, dedicaba unas palabras a los fieles seguntinos, agradeciendo su implicación y trabajo a la sociedad nave.

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