Son ya varios los artículos en la prensa en los que dirigentes del Partido Socialista en la Comunidad Valenciana (me niego a llamarlo PV) trasladan la advertencia de que la eliminación del Impuesto de Sucesiones es “la donación fiscal de 350 millones de Mazón a las grandes fortunas” o que “comprometa la viabilidad económica de los servicios públicos”.
Estas afirmaciones son totalmente falsas y forman parte de un discurso anticuado y en contraste con los lineamientos socialdemócratas de otros países europeos (Noruega, Suecia, Portugal, entre otros), donde los recortes de impuestos se están implementando como un objetivo político para mejorar el bienestar económico de la mayoría de los ciudadanos de clase trabajadora. Como dijo Olof Palme: “En su partido no trabajan para que haya menos ricos, sino menos pobres”.
También quiero recordarles que los gobiernos socialistas de otros territorios autonómicos, como el de Andalucía, cuando la actual ministra de Hacienda, doña Jesús Montero, era ministra de Economía, no sólo aumentaron las bonificaciones, sino también las reducciones hasta 1.000.000 euros para descendientes y ascendientes directos. ¿Entonces ella no hizo donaciones a grandes propiedades?
Todo ello sin aclarar qué se entiende por grandes fortunas. Son frases demagogas que no tienen fundamento porque nunca se han materializado. Según el Libro Blanco para la Reforma Fiscal en España del Instituto de Estudios Económicos, se entiende que una persona es rica cuando tiene un patrimonio superior a 895.000 euros, siendo unos 900.000 euros en España y unos 94.400 en la Comunidad Valenciana. de los cuales 900 pueden morir anualmente.
¿Queréis decirme, señores socialistas, que los 350 millones que decís que se van a descontar de las arcas autonómicas valencianas los pagaría esta gente? Bueno, tal vez no, si además tenemos en cuenta que el ‘grandes fortunas’ (de 4,47 millones de euros, algo menos de 8.000 en la Comunidad Valenciana) están prácticamente exentos de pagar el Impuesto sobre el Patrimonio.
Con la legislación actual, pendiente de modificación, heredar dos inmuebles suele conllevar Impuestos de Sucesiones. Por otro lado, heredar una sociedad inmobiliaria con más de ocho inmuebles tiene un descuento del 99%. Las personas con patrimonios elevados también cuentan con profesionales que les asesoran y la posibilidad de cambiar de residencia. Por todo ello, no van a ser ellos los grandes beneficiarios del aumento de las bonificaciones del Impuesto de Sucesiones. Serán, en gran medida, los familias trabajadoras de clase mediaaquellos que estos ‘políticos’ dicen defender.
También afirman que sólo lo pagan los millonarios. ¡Mentir! Antes del 28 de mayo, si un hijo heredaba unos 355.000 euros, pagaba 6.869 euros, además del impuesto de Plusvalía, el otro impuesto por fallecimiento. Si este bien heredado no incluía vivienda habitual, pagaba 22.201. El impuesto de sucesiones ha sido un impuesto que en los últimos años ha perjudicado principalmente a la economía de la clase media.
Este aumento de bonificación, de momento, no afectará a los herederos de parentesco más lejano como hermanos, sobrinos o socios de hecho, que representan un alto porcentaje de las renuncias actuales, ya que tienen que afrontar acuerdos de impuestos altoslos cuales en algunos casos pueden considerarse confiscatorios, ya que pueden superar el 81,6%.
Con un patrimonio de 355.000 euros, como el caso anterior, este colectivo paga al menos 111.019. Éstos, lamentablemente, si no renuncian a la herencia, seguirán pagando grandes cantidades, y por tanto las bonificaciones no llegarán a los 350 millones como denuncian los representantes del partido socialista.
Otro argumento que suelen utilizar para confundir es que “el actual gobierno de la Generalitat gobierna para la minoría y perjudica a la mayoría”. Me gustaría recordarles que los impuestos sobre sucesiones son rechazados por el 72,7% de los españoles, según una reciente encuesta realizada por el propio Ministerio de Hacienda, afirmando que están muy o algo de acuerdo con la afirmación de que deberían desaparecer.
Tampoco es cierto que el aumento del bono impacte negativamente en servicios públicos esenciales, como la salud, la educación o las inversiones. El impuesto de sucesiones total representado en el ejercicio fiscal 2022 1,18% del total de gastos de la Generalitat. Lo que está en riesgo son los 351 millones destinados a “gastos varios” y transferencias para “colectivos”. Para que se entienda; Si trasladamos los números de la Generalitat al caso de una familia con unos ingresos de 28.500 euros al año, ¿estaría en peligro el pago de la hipoteca, la comida, los estudios de los hijos, la prima del seguro médico privado o la compra de uno nuevo? ? coche si dejara de ganar 350 euros al año? ¡Absolutamente no!
Del mismo modo, estas bonificaciones no están repercutiendo negativamente en todas aquellas autonomías donde llevan años aplicándolas, con ratios de listas de espera, cuarteles escolares e inversiones mejores que los de la Comunidad Valenciana. La cuestión no es mantener una presión tributaria elevada sino saber gestionar los recursos económicos que aportan los contribuyentes.
Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, el actual aumento del bono, además de atender una demanda de la mayoría de los contribuyentes, representa una consolidación de lo establecido en la Constitución con respeto a los principios de igualdad y progresividad, evitando el decomiso y teniendo en cuenta la capacidad económica del contribuyente.
Por todo ello, los mensajes y objetivos de los partidos políticos, incluidos los sociocomunistas, deben ir encaminados a reducciones de impuestos que beneficien a la verdadera mayoría de los ciudadanos, olvidándose de mensajes inconsistentes, demagogos y populistas, dejándose repetitivos y cansado en sí mismo.
Antonio Garañena Cubes, presidente de la Asociación Contra el Impuesto de Sucesiones en la Comunidad Valenciana
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