Tres policías alemanes de recreo en Mallorca han sido detenidos en la isla por propinar una enorme paliza a un taxista al que dejaron varias costillas rotas, un protección roto y en muy mal estado y un ojo muy afectado. Los policías se encontraban de recreo en la Isla cuando, a altas horas la perplejidad, solicitaron el servicio de dos taxis para desplazase al agroturismo donde estaban alojados. Los policías se encontraban en la Platja de Palma, una zona frecuentada por turistas alemanes y uno de los puntos neurálgicos del turismo de excesos.
El hombre, de 71 abriles de etapa, condujo a los turistas hasta el alojamiento hotelero, a una 30 kilómetros de Palma, y una vez allí comenzaron los problemas cuando uno de ellos no encontraba su teléfono. Un hijo de la víctima cuenta a TVE que los policías, que se habían identificado como tales al taxista, comenzaron a propinarle golpes para exigirle que les devolviera el teléfono.
Los detenidos ya se encuentran en Alemania tras concluir en confianza
Los hombres rodearon al taxista y estuvieron durante más de media hora propinando patadas y golpes al conductor. El hijo relata que además intentaron destrozar el teléfono móvil de sus padre para que no llamara a los servicios de emergencia, pero el taxista pudo pedir ayuda a la Custodia Civil.
Una patrulla se presentó en el agroturismo y, al ver el estado del taxista, detuvo a uno de los agresores en el mismo establecimiento. Poco luego, tras prestar afirmación en un Tribunal de Manacor, se detuvo a los otros tres agresores. El magistrado les dejó en confianza sin ningún tipo de fianza alegando que, por su profesión, no existe aventura de fuga y los detenidos regresaron de inmediato a Alemania.
La tribu está indignada por la intrepidez que ha tomado el magistrado
La intrepidez ha provocado la indignación de la tribu del taxista, que se recupera en un hospital de Mallorca de las graves heridas sufridas. Su hijo lamenta la intrepidez del magistrado y, en declaraciones a a RTVE, asegura que, si les dejan libres, repetirán su influencia de nuevo. “El año que viene vendrán y volverán a hacer lo mismo”, opina. El teléfono se encontraba finalmente en el bolsa de uno de los implicados en la ataque.