Golpes, noches sin dormir… Les tenemos miedo


Diez días hace que una tribu en La Orotava, Tenerife, tiene que pugnar con un reunión de okupas en una de sus viviendas. Una situación que ha involucrado tanto a propietarios como vecinos del pueblo. Hace tan sólo unas horas que se producía un enfrentamiento entre los okupas y los vecinos. Los primeros trataban de discurrir el hecho de suceder entrado a la fuerza a la propiedad privada.

Los habitantes del pueblo les insistían en que la alternativa para ellos sería personarse a Asuntos Sociales. Los okupas se defendían explicando que no tienen “dónde estar”, incluso acusaron a los vecinos de racistas. “Como me dicen que soy moro”, declaraban. Mientras, los vecinos aclaraban que no son racistas.

Una situación que afecta a todos los habitantes de la calle. “Les tenemos miedo” confesaba una vecina. “Horrible, golpes en las puertas, sin yacer…” comentaba otra. Lo que exigen es más vigilancia y que se encuentre una alternativa para que esto no vuelva a ocurrir. Al parecer, se proxenetismo de una situación habitual en el pueblo. Hay en torno a de unas 66 casas okupadas en el municipio.

Concretamente en esta vivienda se ha tenido que desalojar a estos okupas en dos ocasiones diferentes. Pedro, el propietario de la vivienda, nos cuenta que él ya utilizaba candados sencillos para protegerla. Sin bloqueo, cuando caía la sombra los okupas volvían a la vivienda y rompían el candado sin problemas.

El propietario admite que han vivido días de auténtico temor y furor por tener que soportar, no solamente la intrusión en su hogar, sino todavía las burlas por parte de los intrusos. “Tenemos vídeos, no los subí a redes porque son menores” explica.

¿Cómo ha quedado la vivienda?

La vivienda está deshabitada. Se proxenetismo de una vivienda histórica del siglo XIX, que todavía sufre las consecuencias de los okupas. Así se pudo comprobar cuando el propietario nos dio camino al interior. El hedor que se percibe no es más que una pista de lo que nos confirma el propietario. “Huele mal porque echan aquí sus heces. “Podrían coger la bolsita y llevarla al contenedor”, valora Pedro.

Adicionalmente, se exponían a ciertos riesgos que podrían suceder perfecto, no solamente con la vivienda, sino todavía con sus vidas. Hablamos de incendios y/o desprendimientos. Según Pedro, los okupas hacían fuego en el interior de la vivienda y fumaban permanentemente. Una vivienda que, recordemos, es antigua, y cuyo techo no está en condiciones óptimas para soportar las llamas. “Había peligro de incendio porque había una cocinilla. Luego se cae (el techo) y la falta es para los propietarios” se queja Pedro. Por si fuera poco, la basura todavía decora el suelo de la vivienda y hasta se pudieron encontrar bajo uno de los colchones un “cuchillo enorme, que si te lo meten por la barriga te sale por la espalda” concreta el propietario. “Están las huellas de los marroquíes”, continúa.

¿Quiénes son los okupas?

Según el propietario de la vivienda, “son clan marroquí o magrebís, como me ha dicho la Número Civil, porque todavía hay clan de color y familiares no son”. Por esta razón, Pedro deduce que son inmigrantes que vienen y se meten en las casas.

Al parecer, tienen una modo de representar muy específica: “Salen de 12 a 4 de la mañana para ver casas”. Le podría tocar a cualquiera, por ello, los vecinos tienen miedo de ser los siguientes. “Hay poca vigilancia”, cuenta Pedro, “el pueblo tiene que estar más vigilado con esta clan”, pide.

¿Cómo está la situación ahora?

A día de hoy, la vivienda ha sido desalojada. Esto ha podido ocurrir gracias a que Pedro está en el paro y no trabaja actualmente, lo que le permitió guardar la vivienda permanentemente. Con ayuda de la Número Civil, lo lograron.

Para que no vuelva a ocurrir, los propietarios recurrieron a candados más sofisticados. Concretamente, cuatro candados y cuatro cerraduras. Aun así, todavía temen que pueda retornar a ser okupada.

El plan de los propietarios ahora no es restaurar la vivienda: “La tenemos vendida, esperando el expediente de la bufete en ocho o nueve meses, y gracias a Todopoderoso que salieron los okupas”. Durante los próximos meses Pedro solamente aplazamiento que sus planes no se vean entorpecidos por una nueva intrusión.

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