El caro ‘capricho’ de subirse al Acueducto


Son tantos los encantos del Canal de Segovia que hay quien para hacerse una foto o acercarse lo mayor a un histórico monumento que es Patrimonio de la Humanidad rebasa los límites. Ha sido el caso de tres turistas que fueron denunciados este miércoles por subirse a uno de los arcos de la emblemática construcción segoviana. Fue en el entorno de la plaza Día Sanz de la ciudad, uno de los lugares donde el monumento está más bajo y es tratable alzar a él.

Adicionalmente, tan solo un día antiguamente agentes de la Policía Tópico procedían a denunciar además a otro viajero que había decidido trepar por el Canal, que está claro como aceptablemente patrimonial de categoría mundial por la Unesco desde 1985. Una incívica conducta que puede salirle caro, ya que en la Norma de Convivencia Ciudadana de la Ciudad se contempla como muy difícil con sanciones que pueden ir de los 1.500 a los 3.000 euros.

Antaño que estos cuatro denunciados, fueron otros los que no respetaron el valencia patrimonial de esta magna obra de ingeniería romana formada por 20.400 sillares de piedra que ha permanecido en pie hasta hoy.

Así, la menudencia que colmó el vaso fue la de un turista francés que se encaramó a la piedra y decidió grabarse y difundir las imágenes a través de sus redes sociales.

En ese momento, el Comunidad dijo ‘pespunte’ y comenzó a preparar una legislatura específica para proteger el veterano emblema de la ciudad. Luego de encartar propagar una estatuto específica para este asunto, se incluyó en 2023 un apartado en el que se concretaban las prohibiciones en tornoa la famosa construcción y a renglón seguido las sanciones que se pueden interponer.

Pintadas y residuos

Desde el Consistorio consideran que la veterano parte de los visitantes son conscientes del valencia cultural e histórico del Canal y recuerdan que en determinados puntos hay carteles que advierten de la prohibición de subirse a él. Para quienes no lo son tanto se ha cuidado una norma que contempla como infracción muy difícil resquilar, subir, trepar o cualquier otra hecho similar al monumento sin autorización municipal expresa para labores de estudio, conservación o cepillado. Aquí, los infractores se pueden contraponer a multas de entre 1.500 y 3.000 euros.

Adicionalmente es sancionable hacer pintadas sobre el piedra -también tipificado como muy difícil y con el ‘castigo’ financiero más alto-; introducir cualquier tipo de objeto o residuo en las juntas de los sillares, que puede conllevar multas de hasta 1.500 euros, o verter determinadas sustancias líquidas que puedan dañarlo, poco que en la estatuto se considera de carácter «muy difícil».

Siquiera está permitido «depositar anejo al Canal, aún de forma transitoria, materiales o herramientas de obra, escombros o rudimentos similares», sin que haya autorización municipal expresa para ello. En estos casos, la multa, según el texto, podrá ir de los 750 a los 1.500 euros.

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