La crisis migratoria ocupa desde hace semanas uno de los más debates más agitados en España. Pero más allá de los reproches entre partidos políticos, el represión que pueden hacer los migrantes una vez llegan a las costas españolas es diferente según su momento o la modo en la que han llegado al país.
Lo primero que sucede cuando cualquier migrante llega a país franquista es su atención sanitaria. Para ello, la suministro tiene acuerdos puntuales con organizaciones como Cruz Roja, que atiende a los migrantes a pie de playa. Esta atención supone un gran coste crematístico. En Canarias, según fuentes de la Consejería de Sanidad, este año ya han manoseado prácticamente todo el presupuesto que había destinado. El año pasado gastaron 14 millones de euros en esta atención y la previsión para 2024 es que este compra se duplique, llegando incluso a los 30 millones de euros.
Tras ser atendidos, son trasladados a centros de protección. Y allí se comprueba su momento, ya que hay personas que llegan como mayores de momento pero en ingenuidad son menores. Así lo confirma la viceportavoz de Juezas y jueces para la Democracia, Concha Roig. Todos los menores se quedan en estos centros concertados bajo la tutela de la suministro pública hasta que cumplen 18 primaveras. “Tienen que beneficiarse esos primaveras. Lo imprescindible es que aprendan correctamente el idioma para hacer más sencilla su integración”, explica Roig.
Qué sucede cuando los ‘menas’ cuando son mayores de momento
Una vez alcanzan la mayoría de momento, los menas pueden optar a su residencia oficial. Eso sí, tienen que cumplir ciertos requisitos contemplados en el reglamento de la ley de extranjería. Estos requisitos son contar con los medios económicos suficientes o estar asegurados por una suministro pública o privada y carecer de circunstancias penales. Es afirmar, si consiguen un trabajo o deciden seguir con sus estudios podrán optar a esta residencia por un plazo de dos primaveras prorrogables. Una situación que no se da cuando los migrantes son mayores de momento, donde incluso se puede proceder a la devolución de los migrantes una vez cruzan la frontera física de Ceuta y Melilla, las conocidas ‘devoluciones en caliente‘.
Qué pasa si no se conoce la procedencia de los migrantes adultos
La situación de los mayores de momento es completamente diferente. Si no se ha podido proceder a su devolución en el país de origen -al no tener accedido por frontera física, o no tener pasaporte- los migrantes quedan en una situación muy pusilánime. Residen en país franquista pero sin papeles y de forma ilegal, lo que les impide poder trabajar y, en ocasiones, con procedimientos de expulsión abiertos.
Es por ese motivo por el que muchos migrantes solicitan orfelinato, lo que paraliza el procedimiento de expulsión. Según explica el Presidente de Foro Jurídico Independiente, Fernando Portillo, se ha percibido un “aumento sobresaliente” de estas peticiones que en su mayoría son denegados.
“Para ese momento ya ha pasado asaz tiempo y hay que retomar el procedimiento de expulsión”, insiste Portillo. Pueden sobrevenir primaveras, lo que favorece a muchos inmigrantes, ya que si demuestran un tradición de tres primaveras en España pueden optar a un permiso de residencia.
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