El trayecto de Ourense a Benavente por la A-52, un viaje de 25 años al pasado



El Autovía A-52 Fue una revolución para Ourense y el sur de Galicia. El 29 de diciembre de 1998, hace un cuarto de siglo, el esta infraestructura, que era sinónimo de modernidad. Gracias a ella, Ourense y Benavente se encuentran a sólo dos horas y media, algo que bien saben los más de 10.000 vehículos que por ella pasan cada día.

Pero la provincia, al menos en este siglo, no es tierra de revoluciones. Realizar un viaje entre la ciudad y Benavente en coche poco o nada ha cambiado respecto a la inauguración de la carretera. Pues sí, algo ha cambiado, eso Aquel asfalto que hace cinco décadas lucía deslumbrante, hoy tiene decenas de grietas, baches y reparaciones. con mejores o peores resultados, convirtiendo el trayecto de dos horas y media en una especie de prueba de fuego para la suspensión de los vehículos que circulan por la autovía de las Rías Baixas.

El viaje comenzó en la ciudad poco antes de las nueve de la mañana y no tuvimos que esperar mucho para darnos cuenta de cuál sería nuestro viaje. Antes de llegar a Allariz ya empezó el rebote. Al principio nada exagerado, pero el copiloto no es consciente de cuánto avanza el vehículo hasta que intenta grabar un vídeo sobre el estado de la carretera. Ni siquiera el mejor de los móviles habría podido evitar que se notara el swing. “Paisaje lunar”, que nos parece la mezcla entre la niebla matinal y los cráteres del camino.

Pasan los kilómetros y todo sigue igual. No es que los baches no desaparezcan, sino que empeoran. Ahora aparecen los que serán los grandes protagonistas: parches y parches. Si alguien es capaz de contar todos los que hay, se le debería dar un premio nacional. Y Esto no hace más que demostrar la falta de inversiones importantes en la principal carretera de entrada a Galicia. sur. En comparación, a su paso por Castilla y León y Galicia, esta vía y el otro acceso principal, la A-6, soportan un tráfico similar -siempre en torno a los 10.000 vehículos diarios-, cuando la inversión realizada en mantenimiento por el Ministerio de Transportes. Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) en la A-52 es notablemente inferior al de la A-6.

Esto tampoco es un elogio a la inversión del Gobierno en la Autovía del Noroeste, donde hace meses se cayó el viaducto que unía las provincias de Lugo y León. Precisamente ese lamentable suceso provocó obras que aún perduran. Se actuó de urgencia para revisar los puentes que pasan sobre A Valenzá y el que pasa por la localidad de Allariz, gemelos del caído. La A-52, al igual que la A-6, siempre ha sido especialmente sensible a las condiciones meteorológicas adversas, por su trazado sinuoso y sus continuas subidas y bajadas, y Los inviernos cobran un precio que las administraciones nunca supieron afrontar con inversiones.

Nos acercamos a la salida de Galicia. Antes llegan los recortes. Uno, por ejemplo, estaba ubicado en el viaducto del Támega, en la comarca de Monterrei. Inconscientemente hemos subido el tono de la conversación, ya que el asfalto rugoso y maltrecho no nos permitía escucharnos bien. Realizamos en la zona de Vilavella, en A Gudiña, uno de los pocos tramos totalmente reformado y en perfecto estado.. Cruzamos A Canda, salimos de Galicia, y, siguiendo con la costumbre, lo primero que nos encontramos es la bajada del viaducto de As Hedradas, ya en la localidad zamorano de Lubián, donde los que vamos y los que estamos. Llegando circulamos por el mismo lado de la vía debido a unas obras.

Los kilómetros siguen pasando y sólo demuestran la negligencia de las administraciones en materia de infraestructuras. Un tramo que nos llamó la atención fue llegar a Benavente, cerca de las localidades de Quiruelas de Vidriales, Manganesos de la Polvorosa o Quintanilla de Urz. Así, después poco más de dos horas y medialogramos llegar al destino, que en realidad estaba solo a la mitad del camino.

Iniciamos el giro y no tuvimos que esperar ni 10 kilómetros para cruzar al otro lado de la mediana y conducir en sentido contrario durante aproximadamente ocho kilómetros. La verdad es que el viaje de vuelta fue más tranquilo en cuanto a rebote, no en cuanto a parches ni obras, pero El estado general de la vía era mejor, lo cual no es lo mismo que aceptable.. El peor tramo en términos de conservación se encuentra en la zona que une Xinzo con Ourense, una zona con gran densidad de tráfico intenso.

En definitiva, la modernidad, revolución e innovación que supuso la A-52 en las comunicaciones con la Meseta ha llevado con el paso de los años a vejez, parches y falta de inversión. Por tanto, es como hacer un viaje al pasado.

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