Aurelio Domínguez, Lelio, como todo el mundo le conoce, quería que su trabajo sirviera para ayudar a las personas que padecen cáncer. Por eso, este tatuador de Dos Hermanas, comenzó a hacer, de forma totalmente gratuita, tatuajes de cejas a aquellas personas que luchan contra la enfermedad. Es lo que se conoce como ‘microblading’, una técnica de maquillaje con la que restaurar la ceja tras la pérdida de pelo.
Lelio tenía claro que para estos pacientes el aspecto psicológico es fundamental. Por eso comenzó a hacer este tipo de tatuajes con los que recuperaban la expresión de su rostro.
Las primeras personas que contactaron con él lo hacían pensando que tendrían que abonar por este servicio pero él tenía claro que lo haría de forma totalmente gratuita.
Solidario y comediante
El trabajo suele durar una hora. Tiempo en el que Lelio estudia la expresión de la cara, color y otros detalles para que el resultado final sea lo más positivo posible. Adicionalmente, todos los tatuajes de cejas tienen que ser repasados al mes y a los seis meses. A los enfermos de cáncer les hace las tres sesiones de forma desinteresada.
Pero no sólo cejas, en su taller igualmente recompone areolas. Aunque esta parte del cuerpo suele ir tapada, ayuda a que mejore la autoestima de las mujeres a la hora de mirarse al espejo. Eso sí, aclara que todo su trabajo lo hace siempre que haya pasado el tiempo estipulado por los médicos para poder llevar a cabo en la piel tras percibir el tratamiento.
A Lelio lo de ser comediante le viene de clan, herencia de su padre. Durante abriles ha sido imaginero escenográfico hasta que, cansado de recorrer, fue precisamente su progenitor quien le animó a formarse en el mundo del tatuaje y poder así plasmar su arte sobre la piel de las personas. Desde entonces, hace seis abriles, el cuerpo de sus clientes se convirtió en un tejido sobre el que Lelio hace auténticos cuadros marcados por el realismo.
De forma totalmente artesanal, para cada tatuaje dedica varias horas e incluso varias sesiones si se alcahuetería de dibujos grandes. Estudia los diseños, los dibuja y traslada a la piel de sus clientes con enorme paciencia y cuidado. Y aunque muchas de las personas que acuden a su taller llevan el proyecto del dibujo que quieren hacerse, Lelio siempre aporta su toque diferencial para que quien salga de allí lo haga con un diseño único y no haya dos iguales.
Numerosos reconocimientos a su trabajo
Su clientela es fundamentalmente vecinos de Dos Hermanas y de los municipios cercanos, pero cada vez más contactan con él de diferentes puntos del país e incluso de países europeos como Alemania.
Con una memorándum completísima, cada vez es más conocido y ya ha reses un primer y un tercer premio en la categoría de realismo en la convención de Jerez.
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