Las cenizas de los incendios forestales contaminan aguas subterráneas y nos pueden dejar sin abastecimiento


Los incendios forestales dejan cada año miles de hectáreas quemadas y grandes espacios de bosques y campos calcinados. Por otra parte, las llamas no sólo destruyen lo que vemos. Las cenizas de la flora calcinada quedan depositadas en el suelo durante meses, incluso abriles. Pues admisiblemente: cuando caen las lluvias sobre ellas, las cenizas se infiltran en el suelo y llegan a las balsas de agua subterránea, contaminándolas. De esa forma, el fuego puede continuar perjudicándonos meses posteriormente de haberse extinguido.

Raquel Morales, ingrediente del Tesina IFAS, del Instituto Geológico y Minero de España, perteneciente al CSIC, nos cuenta que precaver los incendios forestales cerca de las zonas donde existen esas grandes reservas de aguas subterráneas es muy importante porque constituyen una reserva de agua estratégica en caso de sequía para el avituallamiento humano, poco secreto porque el cambio climático puede acentuar esas sequías. Raquel nos informa de que las cenizas pueden modificar mucho el agua, subir el pH, incrementarse los metales, el magnesio y la conductividad eléctrica. Es por esto que en el Tesina IFAS se estudian todas esas variables y cómo pueden afectar a las reservas globales de agua subterránea en España, y cómo pueden computarse como daños económicos colaterales a los incendios forestales.

Las cenizas que más han ardido son las que más contaminan el agua y menos nutren el suelo

José Ramón González Pan, portavoz del Colegio de Ingenieros Forestales de Madrid, analiza cómo las cenizas pueden perjudicar asimismo a los ríos, causando gran mortandad en peces y plantas si cae en el agua en grandes cantidades y concentraciones. Jose Ramón afirma que las cenizas son más perjudiciales cuanto más hayan ardido porque aportan menos nutrientes al suelo, y cuando se infiltran en el agua son más contaminantes que las que han ardido menos.

Raquel Morales nos comenta que la infiltración de las cenizas es diferente según el suelo que atraviesen. Posiblemente será más lenta en suelos graníticos como los de Galicia o la Comunidad de Madrid y más fluida en los terrenos calizos de Este, donde los incendios serían un doble drama: acaban con la flora y perjudican las pocas aguas que tienen.

El esquema IFAS del IGME-CSIC investiga la contaminación de cenizas en aguas subterráneas

Otro gran problema, diferente de que las cenizas difícilmente se pueden retirar en grandes cantidades, es que pueden permanecer en el bosque en un dadivoso tiempo y que las lluvias lleguen en meses. De esta forma, un incendio podría perjudicar al agua subterránea meses posteriormente de producirse. El primer daño se produce cuando los bomberos refrescan la zona para apagar las llamas. Poco tan fundamental contribuye a contaminar las aguas del subsuelo.

La pregunta es cómo se puede evitar la infiltración de las cenizas una vez que el bosque ha ardido ya, lo que es prácticamente impracticable, ya que sólo podría hacerse en zonas acotadas. Lo que sí se puede hacer es acentuar la prevención de los incendios forestales cerca de las zonas donde se ubican grandes balsas de agua subterráneas, que pueden ser imprescindibles en caso de escazes para el avituallamiento humano si hay una gran sequía. Poco fundamental porque parece que el cambio climático disparará esas sequías y los incendios, por lo que habrá que trabajar mucho en esa prevención.

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