El crimen de Mocejón ha colocado en el debate notorio, de una forma hasta ahora inédita, la pregunta de cómo representar frente a un inframundo digital desde el cual, sobre la cojín, en muchos casos, de falsedades e infundios, se sitúa en la diana de la inquina social a determinadas personas o colectivos. La cruda vileza de la campaña digital que se ha perpetrado, incluso contra familiares de la propia víctima, tras el crimen del pequeño Mateo, ha p
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta proposición por tiempo circunscrito y accede a todo el contenido web