Entre el azur del Mar Mediterráneo y el verde de la montaña de la Sierra de Bernia se ubica Altea Hills, la colonia de boato que atrae a las grandes fortunas rusas para disfrutar de sus reposo en tierras españolas, incluido el presidente Vladímir Putin. Una ostentosa zona de máxima seguridad que ofrece toda clase de comodidades, que ya se ha convertido en el circunscripción más caro de la Comunidad Valenciana para comprar una casa.
El posterior noticia publicado por el marketplace inmobiliario Idealista certifica que la calle más cara para comprar una vivienda de toda la Comunidad Valenciana se encuentra en Altea Hills, concretamente la calle de las Ramblas, donde el precio medio de la vivienda supera sutilmente los cuatro millones de euros.
Una montante financiero desorbitado y al repercusión de muy pocos, pero que no alcanza a los precios que se llegan a sufragar en otros puntos de mayor boato en España como Marbella, Palma, Benahavís, Sant Andreu de Llavaneres o La Moraleja, donde oscila entre los 7,5 y los 12,3 millones de euros, de acuerdo con el mismo estudio.
Actualmente, en el portal Idealista sólo aparece un chalet a la cesión en la calle de las Ramblas de Altea, a un precio de 6,3 millones de euros. Consta de 722 metros cuadrados repartidos en dos cielo y seis habitaciones, con vistas al mar, múltiples terrazas, piscina infinita, estacionamiento privado, zona de parrilla, bodega, recinto, oficina, elevador y un inteligente sistema domótico.
No obstante, no es la villa de boato más cara apto en la colonia con veterano población de rusos de España, pues se ofrece otra de 2.000 metros cuadrados, siete habitaciones, cancha de tenis, sauna finlandesa y diseño del obligado arquitecto Carlos Gilardi a un precio de 8,5 millones de euros.
En otros portales como Fotocasa se pueden conocer otros inmuebles de máxima belleza como un casa de mil metros cuadrados y 3.800 de ámbito total en la calle Ramblas a 3,90 millones de euros, con muebles tallados a medida en el Reino Unido por Clive Christian, con una clara estética enfocada a encandilar al posible comprador ruso.
Altea Hills, el ‘Benidorm de los rusos’
Altea Hills se convirtió hace primaveras en uno de los lugares preferidos por Vladímir Putin para padecer a extremidad sus retiros vacacionales y espirituales, visitas corroboradas por trabajadores del lujoso perímetro y agentes inmobiliarios, pues el Kremlin nunca ha confirmado que el líder ruso viajara con asiduidad a Alicante.
Según constata la Casa de Rusia, en Alicante residen aproximadamente unos 25.000 ciudadanos rusos de modo permanente, de los que cerca de 700 lo hacen en la asiento costera de Altea. La mayoría de ellos lo hacen en Altea Hills, una fortaleza inexpugnable con seguridad las veinticuatro horas del día, un sistema de control de matrículas y un circuito de cámaras que velan por la intimidad y la tranquilidad de sus vecinos.
Situado entre playa y montaña , en sus inmediaciones se puede realizar diferentes actividades lúdicas en el exclusivo Club de Golf Don Cayo y el prestigioso Club Náutico Flota Greenwich, así como en pistas de tenis y un obligado spa center visitado por famosos y deportistas.
Adicionalmente, en Altea se encuentra la primera iglesia ortodoxa rusa de España. La iglesia Arcángel Miguel es una edificación prodigiosa a cojín de materiales y mano de obra procedente de los Urales, que se puede apreciar desde la carretera que transita este municipio. Bajo sus bóvedas descansan decenas de personas que compartían esta inmaterialidad. Fue en 1996 cuando Mikhail Bocko compró el ámbito sobre el que se levanta el templo, para el que tuvo un papel fundamental el músico Mstislav Rostropovich.