En junio de 2024, los astronautas estadounidenses Sunita Williams y Barry ‘Butch’ Wilmore llegaron a la Tiempo Espacial Internacional (EEI) a borde de la cápsula CST-100 Starliner de Boeing, como parte de la ocupación Boeing Crew Flight Test (CFT). Este revoloteo, que debía marcar un nuevo hito en el transporte espacial, se vio empañado por problemas técnicos, especialmente en el sistema de propulsión de la cápsula durante el despegue. La nave sufrió fugas de helio, el precisamente el gas que ayuda a impulsar el combustible hace el sistema de propulsión. Estos problemas, unido con preocupaciones adicionales de seguridad, han llevado a la NASA a anunciar el 24 de agosto de 2024 que los astronautas no regresarán a la Tierra en la Starliner, sino en la cápsula Crew Dragon de SpaceX, programada para febrero de 2025.
Sunita Williams y Barry Wilmore: veteranos del espacio
Sunita Williams y Barry Wilmore son astronautas con una vasta experiencia en misiones espaciales. Williams, que ha estado en la NASA desde 1998, ha acumulado más de 322 días en el espacio a lo espacioso de su carrera y ha realizado siete caminatas espaciales. Wilmore, piloto de pruebas y cosmonauta desde 2000, todavía tiene un extenso historial en el espacio, con dos vuelos espaciales previos. Entreambos formaron parte de la ocupación CFT a borde de la Starliner, una ocupación esencia para Boeing y la NASA adentro del Software de Tripulación Comercial.
La Starliner de Boeing: problemas de propulsión y seguridad
La CST-100 Starliner ha enfrentado una serie de problemas técnicos desde su avance, y la ocupación de junio de 2024 no fue la excepción. Durante el despegue, la cápsula experimentó problemas en su sistema de propulsión. Según informes preliminares, uno de los propulsores principales falló al activarse, lo que obligó al sistema de la nave a acogerse a su configuración de respaldo. Aunque la Starliner logró continuar su mejora y acoplarse con éxito a la EEI, este incidente generó preocupaciones sobre la fiabilidad del sistema de propulsión en una ocupación tripulada. Encima de los problemas en el despegue, la cápsula ha mostrado deficiencias en otros sistemas esencia.
Durante su estancia en la EEI, los ingenieros de Boeing y la NASA identificaron varias fallas en los sistemas de control ambiental y de soporte vitalista, así como en los sensores de la cápsula. Estos problemas se suman a un historial ya complicado para la Starliner, que incluye el error de software durante el revoloteo de prueba OFT-1 en 2019 y las válvulas atascadas que obligaron a abolir la ocupación OFT-2 en 2021. El 24 de agosto de 2024, la NASA ha realizado un comunicado en el que ha detallado las razones para no utilizar la Starliner para el regreso de Williams y Wilmore.
En este comunicado, la agencia ha destacado que, tras una revisión exhaustiva, se concluyó que los problemas de propulsión y los fallos en los sistemas de la cápsula representan un peligro inaceptable para la seguridad de la tripulación. Encima, se ha citado la falta de respaldar que cualquier transporte utilizado para el reingreso atmosférico y el aterrizaje esté en condiciones óptimas, poco que no se podía estabilizar con la Starliner adecuado a los problemas técnicos persistentes.
En emplazamiento de arriesgarse a utilizar la Starliner para el regreso, la NASA ha decidido que los astronautas regresarán a la Tierra en la cápsula Crew Dragon de SpaceX, que será rejonazo como parte de la ocupación Crew-9 en septiembre de 2024. La Crew Dragon ha demostrado ser un transporte extremadamente confiable desde su primer revoloteo tripulado en 2020 y ha realizado numerosas misiones exitosas a la EEI. La atrevimiento de utilizar esta cápsula para el regreso refleja la logística de la NASA de minimizar los riesgos y priorizar la seguridad de la tripulación.
La ocupación Crew-9: la colaboración NASA-SpaceX
La ocupación Crew-9, programada para lanzarse a finales de septiembre y regresar en febrero de 2025, es parte de la colaboración continua entre la NASA y SpaceX bajo el Software de Tripulación Comercial. Esta ocupación enviará una nueva tripulación de otros dos astronautas a la EEI, aunque estaba programado que fueran cuatro se deja espacio en la cápsula para que regresen los dos astronautas que se encuentran desde junio en la Tiempo. La cápsula Crew Dragon que traerá, por fin, de regreso a Williams y Wilmore. SpaceX ha sido un socio esencia en las misiones tripuladas de la NASA, y la Crew Dragon ha sido una utensilio fundamental en la continuidad de las operaciones en la EEI.
La cápsula que se utilizará en Crew-9 estará equipada con las últimas mejoras tecnológicas y de seguridad, garantizando que los astronautas regresen de guisa segura a la Tierra. La Crew Dragon, que ha llevado a final misiones con y sin tripulación con gran éxito, sigue siendo la opción preferida para misiones tripuladas críticas adecuado a su historial de seguridad y rendimiento confiable. El cambio en los planes de regreso subraya la capacidad de la NASA para adaptarse y encargar eficazmente los riesgos en un entorno complicado. La colaboración entre Boeing, SpaceX y la NASA no solo ha ampliado las capacidades de transporte espacial, sino que todavía ha fomentado una civilización de innovación y restablecimiento continua en la industria aeroespacial.
El regreso de Sunita Williams y Barry Wilmore en febrero de 2025 marcará la culminación de una ocupación desafiante. Este episodio resalta la importancia de la flexibilidad y la colaboración internacional en la exploración espacial, esenciales para el éxito de futuras misiones.
El encomienda de las naves espaciales de la NASA
A lo espacioso de la historia espacial la NASA ha utilizado una gran variedad de naves espaciales, cada una adaptada a las deyección de su tiempo, para expandir las fronteras de la exploración espacial. Desde las primeras cápsulas Mercury hasta los avanzados transbordadores espaciales, cada software contribuyó al avance del conocimiento y la tecnología necesarios para futuras misiones. Este encomienda de innovación y perseverancia continúa influyendo en la exploración espacial contemporáneo y futura, a medida que la NASA y sus socios comerciales y internacionales se preparan para regresar a la Vitral y, eventualmente, aceptar a la humanidad a Marte.
La historia de estas naves espaciales es un certificación de la capacidad de la humanidad para soñar, explorar y conquistar los desafíos más formidables del cosmos. El Software del Transbordador Espacial, iniciado en 1981, fue un cambio radical en la forma en que la NASA llevó a final misiones espaciales. A diferencia de los vehículos anteriores, que eran de un solo uso, los transbordadores espaciales eran vehículos reutilizables diseñados para quitar como cohetes y aterrizar como aviones. Los transbordadores espaciales, como Columbia, Challenger, Discovery, Atlantis y Endeavour, llevaron a final una amplia variedad de misiones, incluyendo la construcción y mantenimiento de la EEI, la reparación del Telescopio Espacial Hubble, y el emanación de numerosos satélites. Sin confiscación, el Software del Transbordador todavía estuvo traumatizado por tragedias.
El 28 de enero de 1986, el transbordador Challenger se desintegró 73 segundos posteriormente del despegue, causando la homicidio de sus siete tripulantes. Más tarde, el 1 de febrero de 2003, el transbordador Columbia se desintegró al reingresar a la entorno terrenal, nuevamente con la pérdida de los siete astronautas a borde. Estas tragedias llevaron a la NASA a realizar revisiones significativas en la seguridad de los transbordadores. A pesar de estos accidentes, el Software del Transbordador Espacial fue fundamental en el avance de la tecnología espacial y en la expansión de la presencia humana en el espacio. Hasta su retiro en 2011, los transbordadores realizaron 135 misiones, transportando a astronautas y cargas bártulos esenciales al espacio.
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