Volver a trabajar tras el infierno de la violencia machista


La violencia machista no sólo deja marcada la piel de quienes la sufren; además la psique queda plagada de moratones que nunca llegan a desaparecer del todo. Sin requisa, aquellas mujeres que logran salir de ese báratro, que rompen el círculo del maltrato, pueden recuperar su vida tras un proceso restitutivo en el que la inserción sindical constituye una dormitorio esencia para su autonomía económica y para reflotar su machacada autoestima.

Según los datos de la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, publicada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Condición en 2020, el 5% de las víctimas no podías trabajar fuera porque su pareja se lo tenía prohibido.

Adicionalmente, tal y como recoge el nuevo Estudio de la Violencia Económica contra las Mujeres en sus relaciones de pareja o expareja, editado por el Profesión de Igualdad en 2023, la prevalencia de la violencia económica es del 11,5% entre las mujeres.

Software del SAE

Para romper con esta hélice, son muchas las acciones desde diversas administraciones que fomentan la empleabilidad de este colectivo pasivo. Una de ellas es la desarrollada recientemente por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) y Cruz Roja, que ha propiciado que 240 mujeres víctimas de violencia de apartado de Córdoba logren un trabajo gracias al servicio de atención integral y compañía para su inserción sociolaboral, dirigido a mejorar sus competencias personales y profesionales.

Este servicio, que tendrán, ha contado con un presupuesto de casi 140.000 euros «y ha superado todos los objetivos previstos de inserción ayer de finalizar, con un 167 por ciento cogido», según la delegada de Empleo, María Dolores Gálvez. La responsable territorial ha informado de que las mujeres atendidas han recibido más de 11.000 horas de servicio, repartidas entre 960 horas de acogida, 1.546 horas de orientación, 7.694 horas de formación, y 984,5 horas de inserción.

Este servicio no sólo ayuda a las víctimas de malos tratos a encontrar una ocupación, sino que, por otra parte, a través de esta mecanismo, reciben apoyo psicosocial, orientación e intermediación. Adicionalmente, se llevan a parte acciones de formación, centradas en solucionar la adquisición y perfeccionamiento de competencias, con actividades para la adquisición de habilidades sociales, acciones formativas de capacitación profesional o de alfabetización digital y manejo de nuevas tecnologías, conexo a otras actuaciones que son necesarias para alentar su empoderamiento y su cualificación profesional.

Son destinatarias de este servicio las mujeres que hayan sido víctimas de violencia de apartado y acrediten dicha condición y que se encuentren inscritas en el Servicio Andaluz de Empleo, con independencia de que su situación sindical sea de desempleada u ocupada, teniendo la demanda en incorporación o suspensión con intermediación, y registrada la condición particular de víctima de violencia de apartado.

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