Albares dice que el caso Begoña se trata de una «campaña de acoso»


El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación y Unión Europea, José Manuel Albares, se ha pronunciado esta mañana sobre el caso de tráfico de influencias y posible corrupción en los negocios que se cierne sobre la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, y ha asegurado que se tráfico meramente de una campaña de bulos, desinformación y «acoso y derribo» contra Pedro Sánchez.

El titular de la cartera de Exteriores, que normalmente evita pronunciarse sobre temas en esencia de política doméstico, ha concedido una entrevista a la Esclavitud Ser en el día en que el enjuiciador que instruye la causa que investiga la actividad empresarial de Begoña Gómez ha llamo a resolver a cuatro personalidades esencia para el crecimiento de la investigación.

Albares ha sido preguntado sobre las consecuencias que dicha causa puede tener sobre la imagen de España en el extranjero, una conclusión a la que el ministro ha restado importancia asegurando que «nadie» de sus «colegas en europeos» le pregunta por el caso Begoña Gómez. «Los españoles saben que se tráfico de una campaña contra la figura del presidente« y que Gómez »no estaría en esta situación si no fuera la mujer de quien es«. Preguntado explícitamente por el enjuiciador Peinado y si considera que los propios jueces son los que están llevando a lugar una »exterminio procesal« contra el Ejecutante -algo que ya han asegurado miembros del Gobierno y socios de investidura- Albares no ha sido claro o convincente y ha afirmado »yo no entro a hacer calificativos, pero leo los medios de comunicación todos los día y lo que conferencia son auténticos bulos«.

Todo ello mientras, más allá de las críticas políticas de la examen, hasta dos jueces de instrucción distintos tienen abiertas sendas investigaciones en Madrid y Badajoz sobre la mujer y el hermano del presidente del Gobierno por delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, entre otros.

Otro tema al que el titular de Exteriores ha desestimado como motivo de preocupación a la hora de susurrar de la imagen de España en el extranjero, ha sido la segunda huída de Carles Puigdemont, quien logró conservarse a Barcelona con motivo de la investidura de Salvador Illa, pronunciar un discurso delante miles de sus adeptos y desentenderse la Ciudad Condal para regresar a Waterloo sin llamativo dificultad. Alabares ha asegurado: «Ningún de mis colegas en Europa me pregunta ni por Cataluña ni por Puigdemont«, poco que, según el ministro, sí hacían cuando gobernaba el Partido Popular y el secesionismo declaró la independencia personal.

A este respecto Albares igualmente se ha pronunciado brevemente sobre el cupo catalán, un asunto que ha causado distintas reacciones internamente del propio PSOE, ya que hace una semana su compañera de Gobierno, la vicepresidenta primera María Jesús Montero, negó que esta medida pactada con ERC se tratara de un concierto catalán o un cupo, mientras que barones socialistas tachan la medida de «insolidaria», incluso dañina. A estas críticas se sumaba igualmente el parada representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, el socialista Josep Borrel, quien animó a la ministra de Hacienda a no esconderse tras eufemismo, «es un concierto», sentenció Borrell.

Sobre si el ministro de Exteriores coincide más con la opinión de Montero o de Borrell, Albares se ha cobijado bajo la afirmación de que se tráfico de poco «muy positivo» que en Cataluña ahora se hable de «financiación», cuando hace unos abriles «se hablaba de cosas mucho más preocupantes, como declaraciones unilaterales de independencia». Por lo tanto, el ministro apuntala la conclusión de la «política del perdón» de Sánchez afirmando, una vez más, que ni la ley de perdón, ni las fugas de Puigdemont de la Honestidad española son asuntos que preocupen fuera de las fronteras de España.

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