Cuando vas a ver un piso hay un montón de gente detrás… a veces compiten contigo


En España hay un millón setecientos mil universitarios, de entre ellos más o menos de quinientos setenta mil cursan sus estudios allí de sus casas. Los meses de verano es la época donde los alumnos buscan alojamiento en las que con el nuevo curso se van a convertir en sus ciudades de residencia. Algunos llegan a estas fechas con los deberes hechos, pero sin requisa, hay muchos que a unos días de aparecer el curso aún se encuentran sin calle o habitación donde poder estudiar y descansar. Se enfrentan a muchos problemas que les convierten su búsqueda en una tarea muy complicada. El primer escollo es el precio, en algunos casos los inquilinos les piden más de mil euros por una habitación y con la adhesión demanda existente unida a la desvaloración proposición, cada año aumentan los precios. El segundo problema que tienen son los estafadores. Proliferan los delincuentes que quieren sacar partido de la situación desesperada de miles de estudiantes. Para evitar esas estafas surgen plataformas como Madrid Easy. Ellos se encargan de ayudar a los estudiantes a encontrar el calle que están buscando, su fundador Álvaro Blázquez asegura que “ofrecemos un buen precio sobre todo a los estudiantes nacionales” Por si fuera poco, tienen que cumplir con multitud de requisitos somo por ejemplo contratos de permanencia en el calle que superan en conveniente los meses del curso colegial o menos global todavía, obligarte a pertenecer a un club por el que te piden el valía de una mensualidad del calle si quieres poder alquilarlo.

Trabajar y estudiar para poder retribuir el arrendamiento

Mar estudia en Valencia y para poder seguir haciéndolo, en junio comenzó a trabajar en un hotel. Gracias al mosca de su trabajo y todavía a la chía que recibe como estudiante puede costearse sus estudios en la ciudad del Turia. Adicionalmente, tuvo suerte porque una amiga de su raíz la alquila el calle en el que vive. Además dice ser un afortunado Víctor “Tuvimos un guantazo de suerte vimos e calle y dijimos ¡ya está!” es la primera vez que estudia en otra ciudad y lo va a hacer en un calle cercano a un amigo y su primo. Él todavía trabaja, lo hace los fines de semana como camarero para poderse costear el calle en el que vive aunque dice que eso complica mucho su estudio “nos cuesta ya estudiar encima trabajar para agenciárselas el mosca suficiente ya nos dificulta conveniente”

Germán Estruch, Directivo ilusión, una inmobiliaria de Valencia, describe el problema en el sector “hay mucha demanda y muy poca proposición” esto, confiesa, está elevando los precios de las viviendas. “Hace un par de semanas alquilamos un calle por 1.450 euros que el año pasado alquilamos por 50 euros más módico”

La búsqueda se extiende a las redes sociales

Hace tiempo que los anuncios en papel para agenciárselas calle quedaron desfasados por las plataformas de búsqueda de vivienda en internet. Ahora esa búsqueda se ha trasladado a las redes sociales, muchos son los que utilizan por ejemplo Tik Tok para alcanzar a más muchedumbre y así poder encontrar compañera de calle o un nuevo inquilino.

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