La crisis migratoria continúa agudizándose, especialmente en puntos como las Islas Canarias, y las ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Son los principales puntos de recibo en nuestro país, como evidencian sus desbordados centros de acogida. Los gobiernos locales llevan primaveras denunciando esta situación. Baste con remitirse a los datos.
A lo dilatado del martes pasado, Ceuta registró la entrada irregular de 22 menores, elevando la sobreocupación de los centros a un 479%. Se calcula que la ciudad cuenta con más de 500 menores de permanencia bajo su tutela, lo que ha obligado al gobierno a adecuar naves por todo el región para dar respuesta a este destilación incesante de migrantes. Paralelamente, el presupuesto para el radio de menores se encuentra cansado, mientras que las llegadas se han multiplicado por cinco con respecto al año pasado.
El presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas, ha arrojado una petición de “auxilio y socorro” a las autoridades nacionales, reiterando que Ceuta no puede administrar por sí sola una crisis de tal magnitud. Un mensaje de aprieto, que incluso ha querido trasmitir esta mañana, al ser entrevistado por Lorena García en Espejo Conocido.
“Se ha cansado nuestra capacidad de acogida”
Juan Jesús Vivas ha comenzado su intervención dedicando unas palabras de solidaridad a tanto a los inmigrantes que pierden la vida tratando de salir a Europa, como a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a cargo de atender las fronteras.
“Quiero significar que la situación que la ciudad sufre en lo que concierne a la acogida de menores migrantes no acompañados, es de verdadera emergencia“, ha continuado subrayando el presidente ceutí, precisando que la problemática tiene una doble perspectiva: “Se ha cansado nuestra capacidad de acogida de más menores, y nuestras capacidades económicas, y esto es consecuencia de la vulnerabilidad de la frontera”, sentencia.
Una vulnerabilidad que, según recuerda, no “puede recaer única y exclusivamente” sobre una ciudad de al punto que 20 kilómetros cuadrados y 85.000 habitantes, se alcahuetería de “un asunto de todos“.
“Hace equivocación una política de Estado”
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer durante su paseo africana, su intención de emplazar por la “migración circular“. Una propuesta que se basaría en la formación y contratación de trabajadores, procedentes de los principales países emisores, de forma temporal en España, para luego regresar a su país.
Al ser preguntado por esta proposición, el presidente de Ceuta sostiene: “Yo creo que hace equivocación una política de Estado en materia de inmigración, que tiene que ser incluso una política europea (…) comprometida, seria, viable”. Vivas reitera que “hay que mirar al continente africano como una oportunidad y no como un problema (…) la inmigración es necesaria, pero tiene que ser ordenada, tiene que ser regular, y no tiene que poner en aventura la vida de tantas personas”.
Podría activo una propuesta conjunta con Canarias
Juan Jesús Vivas se resiste a pronosticar cómo podría ser la desarrollo de la crisis migratoria de cara a este otoño. En cualquier caso, ha querido precisar que coincide “plenamente en el planteamiento” del gobierno canario, con quien ha tenido la oportunidad de murmurar recientemente.
Apuntan a la obligación de implementar “medidas inmediatas por parte del estado”, basadas en un viejo respaldo financiero, y el planteamiento de los cimientos de una política estructural en materia migratoria. “Nuestras áreas de menores están en contacto para articular una propuesta conjunta en este doble plano”, desvela Vivas.
El presidente de la ciudad autónoma de Ceuta ha finalizado la entrevista recordando que “si Ceuta tiene seis menores por cada 1.000 habitantes, es como si en el conjunto de España el número de menores extranjeros no acompañados fuera de 300.000 (…) Ceuta no puede permanecer abandonada a su suerte, confío en nuestras instituciones, siglas al beneficio”. De igual modo, clarifica:”No quiero retransmitir que Ceuta es un problema, porque no lo es. Tenemos este problema, es un asunto de todos, pero Ceuta no es un problema (…) Ceuta ha hecho de la convivencia entre personas de distintos credos y orígenes una modo de ser y de poblar. Ceuta es un ejemplo de capacidad para resistir y adaptarse a los cambios, y Ceuta es un ejemplo de simpatía a España”, concluye.
