Dina, madre de dos niñas que vive el drama de las colas del hambre: "Gracias a esto salimos adelante"



España es uno de los países con anciano porcentaje de pobreza de Europa. Según el Instituto Doméstico de Estadística el porcentaje de personas con aventura de pobreza supera el 20%. La situación se agrava aún más en familias que cuentan con niños menores. Los pañales, los carritos o la calostro son algunos de los medios más solicitados en las colas del penuria.

La situación es preocupante. Las colas del penuria allá de disminuir en verano, como se estaba previsto, han aumentado en los últimos meses. La Fundación Comadre reparte cada 15 días alimentos, ropa e incluso ventiladores a familias en aventura de pobreza. Los servicios sociales son los que derivan a estas personas para que puedan conseguir a alimentos básicos. Adicionalmente, si las familias tienen niños incluso reciben pañales o calostro que negocio la propia fundación.

Su presidente, Conrado Giménez, recalca la importancia de este servicio para muchas de las familias para las que esta es la única forma de que entre alimento en sus hogares. Cuenta que cada día de reparto se esperan unas 400 personas para congregar y que les proporcionan lo necesario hasta la próxima vez que están citados, 15 días a posteriori. Un tiempo que para muchos se convierte en una gloria, ya que la ayuda que reciben supone mitigar una situación de extrema escazes que padecen.

En el software Espejo Sabido

En el software Espejo Sabido hemos estado en una de estas colas del penuria y hemos hablado con Dina Samaniego. Dina es religiosa de dos niñas, una de 7 primaveras y una de 4 meses y lleva 3 meses acudiendo a la fundación en examen de alimentos. Dina cuenta que solo entra un sueldo en casa, el de su marido, y que lo gastan íntegramente en el inquilinato del firme.

“Llegué y me embarace y desde entonces ya no pude trabajar, pasamos unos momentos muy difíciles”

Dina explica la difícil situación que atravesó cuando morapio a España. Su objetivo era originarse a trabajar para ganarse la vida pero con el apocamiento de su segunda hija fue difícil. “Acudimos aquí y gracias a Jehová nos pudieron ayudar”. “Tenemos una demora de dos o tres horas”, nos dice pero incluso asegura que gracias a estas colas están pudiendo salir delante.

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