Enseñar a los jóvenes y no tan jóvenes a editar cócteles molotov simulados contra maniquíes ataviados con un uniforma que simula ser el de la Policía Doméstico, se ha convertido en una experiencia tan habitual como intranquilizante.
La responsable es una asociación cultural de la ciudad catalana de Granollers, que ha organizado esta actividad, en la que se enseña a editar estos explosivos contra agentes ficticios. En la secuencia, los individuos proyectan estas bombas de gasolina contra maniquíes disfrazados con un uniforme de agente de La Policía. De esta experiencia se encarga una asociación cultural .
Entre las frases que se emplean en el polémico curso destacan afirmaciones como “afinar la puntería” o “¡cóctel contra el objetivo!”.
Padres y madres, con sus hijos
Las asociaciones policiales están indignadas y denuncian estos hechos, calificándolos como vergonzosos cuando por otra parte se hacen con la presencia de menores. Manifiestan que fomentan el odio y las faltas de respeto contra los cuerpos policiales y de seguridad del Estado., enseñando tácticas de maquis urbana. Jóvenes y no tan jóvenes lanzan artefactos explosivos imaginarios.
Aun así hay quien piensa que poco así puede resultar una actividad educativa y útil para sus hijos.
“Imágenes que hablan por sí solas”
¿Qué cabildo ha contratado este servicio? Se preguntaba Montse Suárez, quien a su vez indica que son los padres quienes responden en caso de que sus hijos cometan un delito.
“No lo podemos considerar humor porque por estos mensajes que estamos lanzando, luego en los colegios estos niños tienen que cambiarse porque cuando descubren que sus padres son policías les llaman asesinos, etc”, expresaba Laura García, portavoz del sindicato policial JUPOL
Esto es una prueba más de lo que llevan sufriendo muchos abriles en Cataluña por una parte de la sociedad, confesaba. Laura confirmaba además que están acostumbrados a desprecios de este tipo una y otra vez, y por eso llevan pidiendo que se declare una zona de particular singularidad para que los policías puedan trabajar tranquilos.
El Junta ha reaccionado y ha apoyado a las fuerzas de seguridad, mostrando el rechazo a esta actividad, asegurando que desconocían qué se estaba haciendo poco afín. Apuestan por la defensa de la paz y la convivencia, pero las declaraciones son evidentes, “Hay imágenes que hablan por sí solas”, sentenciaba Laura.
