Habría tenido una pena reducida


Pocos minutos antiguamente de las 5:00 horas de la amanecida española se daba a conocer la sentencia impuesta por el tribunal tailandés de Koh Samui: Daniel Sancho ha sido condenado a condena perpetua por un crimen premeditado.

La abogada y colaboradora de Espejo Conocido, Beatriz de Vicente, experta en criminología, ya en el mes de mayo, en este mismo software, se mostró pesimista a cerca de la pena que se le impondría a Sancho. No andaba desencaminada la letrada al vaticinar “una sentencia severa”, el tiempo le ha cubo la razón.

Ahora la honradez tailandesa admite que se presenten fortuna, caben dos. La defensa de Daniel Sancho ha anunciado que lo hará de forma inminente.

Beatriz de Vicente daba su opinión sobre la sentencia y el exposición del proceso sumarial transcurrido en Tailandia y exponía una serie de discrepancias con el mismo. Considera la sentencia “absolutamente” esperable.

Una imputación implacable

“Las pruebas eran incontestables”

La abogada estuvo presente en la sala donde ha sido chancillería Daniel Sancho hace unos meses, incluso cara a cara con el condenado, con el que pudo conversar unos minutos. Reconoce un trabajo “sólido y solvente” al Servicio Fiscal, que ha llevado la imputación anejo con la particular. Esta última representaba a la grupo del asesinado, Edwin Arrieta.

El sumario estaba proporcionadamente construido, policialmente no había ningún tipo de nulo, y las pruebas eran incontestables”, aseveraba Beatriz.

A todo ello se le sumaría la colaboración original, confesión y reconstrucción de los hechos por parte de Daniel Sancho.

¿Era posible otro tipo de condena?: “Falta esperable”

“Lo que era carencia esperable, es que no fuera una sentencia condenatoria por crimen con premeditación”

La defensa de Daniel Sancho, tras los cambios iniciales, optó por renegar de aquella confesión original, y la experta en criminóloga lo ve claro: “Es precisamente lo que le está salvando ‘la vida’ con la pena de crimen, porque se le reconoce prácticamente como un atenuante”.

De Vicente valoraba las exposición que trataban los abogados defensores como “conveniente kafkianas” y se enfrentaban a unas “pruebas demoledoras”.

¿Fallos en la defensa?

El transcurso de los acontecimientos relacionados con la defensa de Daniel Sancho ha hecho percibir tristeza a Beatriz, según ella misma admitía.

El primer equipo de letrados contratado, que adicionalmente contó con los servicios de un penalista Tailandés “de primera”, a fanales de la abogada, propuso “lo que habría propuesto cualquier compañero en España delante una situación así”. Como explicaba De Vicente, esto no sería otra cosa más que explorar los hechos y entrar a un buen acuerdo, indemnizar a la grupo, y con todos estos atenuantes “este pequeño habría tenido una pena limitada”.

Beatriz de Vicente hacía una última afirmación sólido: “Yo no soy nadie, ni voy a sostener ahora si le veo fallos a la defensa. Yo hubiera hecho otra defensa […] que hubiera ejercitado de otra forma. No la voly a encasillar“.

Lo que es cierto es que de confirmarse y ejecutarse completamente esta condena impuesta, Daniel Sancho pasará el resto de su vida entre las rejas de una prisión de Tailandia. Eso sí, a la retraso de un posible futuro acuerdo entre las autoridades españolas y las tailandesas para el traslado de Sancho a España, para cumplir lo que le reste de condena.

Natalia Álvarez en Espejo Público

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